
Psicología barata y falta de empatía
Este mundo se rige por aquella frase de Descartes:
«No hay nada repartido más equitativamente en el mundo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente» |
Tengo la suerte de poder conocer a mucha gente, sobre todo gracias al deporte, lo que me permite aprender de todos ellos muchisimas cosas.
En ocasiones, en muchos de nosotros la empatía es, cuando menos, escasa; Tendemos a analizar los comportamientos de los demás en función de lo que nuestro propio raciocionio nos dice qué es lo que hariamos en una situación similar. Ya he oido varias veces desde hace muchos años (miembros de mi familia incluidos, aunque afortunadamente no de mi hermano ni mi padre, que son los que me han conocido desde pequeño) que los triatletas seguramente tengamos algun tipo de carencia vital que nos hace volcarnos de manera tan compulsiva en los entrenamientos; Quizas así sea, pero mi primera reflexión al respecto es saber a quién hacemos daño con esta actitud,,, Inmediatamente (en mi es natural) me pongo a la defensiva y pienso que quien ha creado un mundo a su alrededor donde es necesario aguantar a un jefe despota 60 horas a la semana (de las que te paga 40) en un trabajo que te hace estar fuera de casa 12 horas al día quizas ha equivocado su escala de valores y que busca la realizacion personal a traves del trabajo en vez de trabajar para vivir…
Y entonces me doy cuenta de que caigo en el mismo error de aplicar psicología barata al comportamiento de los demás, sin pararme a pensar que no todo en la vida se puede explicar en terminos de la razón, y que muchas veces nuestros comportamientos vienen dados por una inercia vital y soy injusto juzgando ese comportamiento por mi escala de valores sin ponerme en la situacion de la persona que comparte su vivencia conmigo.
Al contrario de lo que mucha gente piensa, el deporte no está reñido con el culto a la mente, y horas de rodaje en solitario sirven para muchas reflexiones vitales, y aquellos entrenamientos que se hacen en compañia sirven para mantener conversaciones muy interesantes, y otras que lo son menos, igual que ocurre en la vida laboral o en un bar con los amigos, en las que se puede hablar tanto de Proust como de la camarera. A mi me encanta parar a tomar un cafe cuando montamos en bici porque el tiempo se detiene y nadie parece tener prisa, lo que es muy dificil de ver en la vida cotidiana. Además, tambien nos gusta hacer otras cosas además de mirarnos al ombligo (digo yo que tendremos el ombligo algo más bonito que los que no hacen nada de deporte), pero eso no nos hace ni mejores ni peores personas;
Nuestro libro de cabecera puede ser Los Pilares de la Tierra o el Principito, podemos no distinguir entre el Gernika y los Girasoles, o en mi caso, ser incapaces de terminar el Quijote o 100 años de Soledad y morirme de aburrimiento a los 3 minutos de entrar en Notre Dame, o emocionarme con un acantilado en Asturias y tirarme 4 horas montando en bici con el piloto automatico puesto sin pensar en nada,,, y eso no me hace ni mejor ni peor persona que nadie, pero lo cierto es que estamos locos para el resto del mundo. En realidad no me importa demasiado, y cada vez entro menos a estas conversaciones, aunque me siguen chocando.
Me he perdido, no se a donde queria llegar, simplemente pensaba en voz alta
Curiosa reflexión Jaime. Mi humilde opinión es que la gente que no práctica cierta actividad tiende a verla como algo raro, fuera de lo normal, y si se dedica a ella muchas horas, la cosa empeora y es «de locos»
No sé quien fue el que dijo que esta vida es muy corta y hay que pasarla haciendo infinidad de cosas distintas para conocer todo lo posible…. es algo en lo que no podría estar más de acuerdo
Todo es esta vida es susceptible de ser una actividad importante para alguien, ya sea atletismo, triatlón, poker, chapas, dominó, videojuegos de ordenador…. para el que lo vive, es todo un mundo, y el que desconociéndolo lo juzga… un psicólogo barato como bien dices.
Interesante, Jaime. En algún lugar he puesto que cada vez resulta más usual encontrarse con personas que se consideran legitimadas para juzgarte y decirte qué es lo correcto lo que me parece una aberración (por no hablar ya de anónimos en blogs que me parece algo patético). Como triatletas, imagino que todos estamos acostumbrados a los «palizas» que se empeñan en «señalarte», en decirte que no estás bien. Aunque cada vez lo hago menos, me jode ponerme a la defensiva y entrar al trapo, sobre todo con la familia; el buen humor sí es una buena forma de torear estas situaciones. A mí en la vida me apasionan mil cosas distintas y si hago deporte es porque es algo que me hace sentir bien y además he conocido mucha gente interesante gracias a ello. He aceptado que, a la vista de la mayoría, siempre seré un tío raro, gracias a Dios porque «vivir como Dios manda» no va conmigo. Eso sí, jamás le voy a contar a alguien qué debe hacer con su vida.
esta reflexion la has hecho a 230 watios o mas???? jejeje.
todos hemos pensado algo similar… sobretodo cuando el viernes santo me vieron desde un pub conocido de mi pueblo, adentrarme en los caminacos para echar un rato de carrera solito y sin hacer aspavientos… cada uno hace las cosas asi, sin pensar en ser mejor o peor que nadie…
saludos, espero conocerte por fin en Elche.
El culto no está reñido con el deporte, a mis 32 años sigo estudiando para seguir aprendiendo, trabajando (lo mínimo, y que dure) y entrenando, que a dia de hoy me aporta grandes cosas… el que nos entienda perfecto, el que no pues es su problema… cuesta muy poco saltar a la defensiva, todos lo hemos hecho, pero al final lo que cuenta es hacer lo que te gusta, respetar a los demás y sobretodo, estar rodeado de las mejores personas… Jaime, el principito es un libro de pocas páginas, hay que leerlo, jejeje… como politólogo, te lo recomiendo! Un abrazo
Eso que dices de que el deporte no está reñido con el culto a la mente…creo que se queda corto. Creo que en deportes como el triatlón , de largas horas de entrenamiento, muchas de ellas en solitario, no solo no está reñido, sino que en una persona con algo de inquietud lo favorece sobremenera. A mí, por ejempl, las salidas largas de bici me han servido para reflexiones que sin ir más lejos la semana pasada me llevó a releer a Hobbes. No lo leía desde los 20 años, y no creo que lo hubiera vuelto a leer si esas reflexiones sobre la bici no me hubieran llevado a él. El recuerdo que tenía de Hobbes leído a los 20 años no tiene nada que ver con la visión que se saca de él a los 40. Ya me ha pasado algo parecido con varios libros que jamás hubiera vuelto a leer sin las salidas de bici largas que hacen que se me vaya la pinza bastante, jaja.
La falta de empatía es un mal generalizado. Y lo malo es que no es tan difícil ponerse en el lugar del otro. Es un sano ejercicio que lleva menos esfuerzo y tiempo del que tardamos en discutir y enrocarnos en nuestra postura frente a la otra persona,lo que tampoco quiere dacir que no debamos defender nuestra forma de pensar y vivir.
Antes de llegar al triatlón yo pensaba un poco como esas personas a las que has aludido en tu exposición, pero desde hace muchos años siempre he tenido bastante presente el tema de la empatía, que creo que me ha hecho huir de radicalismos y de denostar al prójimo por ser tan diferente a mí.
Ahora, que cada vez ando más sumido en un profundo nihilismo que ha supuesto que muchas cosas que antes eran el centro de mi vida ahora carezcan de importancia, sencillamente no discuto con gente que no entienden nuestra manera de entender el deporte y la vida. He pasado demasiados años junto a ellos como para saber que no entenderan, salvo que empaticen.
Los Pilares de la Tierra (para mí la mejor recreación ficticia sobre la Edad Media, muy por encima de el Nombre de la Rosa)y El Principito pueden compartir la mesita de noche. Inténtalo otra vez en Notre Dame, que a lo mejor te sorprendes.
Vivir con pasión es la esencia de la vida. No importa lo que te apasione; deporte, lectura, cocina, tus amigos. Vive intensamente y no permitas que los necios te echen cuentas.
Un abrazo y a disfrutar!
hola jaime,
los extremos son malos ( todos). conozco gente con la que exclusivamente se puede hablar de tri … y eso personalmente, me da que pensar.
sin embargo y afortunadamente, la gran mayoria de la gente del deporte que conozco no llega a cruzar esa linea.
¿ donde esta la linea que separa los entrenos laaargos y el IM ( la larga en general) de la vida social o como queramos llamarla?.
Es logico que la gente nos vea un poco » extremos» en nuestros planteamientos ( el tri , sin querer es una forma de vida), por eso no hay que extrañarse.
De todas formas, yo hace tiempo que sobre estos temas no hablo. Me di cuenta que cuanto mas hablo , peor.
1 saludo,
el ch.
¡mUY iNTERESANTE!
No está nada mal, que aparte de una «X» seguida de números y precedido todo por, un Lunes, o un Martes, Miércoles…se pueda leer algo con chicha.
Parece que este mundillo del «tri» hay que abrirse un blog y atiborrarlo de entrenos, números, series, etc para estar ¿ IN ?
De vez en cuando da gusto leer algún ¿pensamiento?, ¿comentario?, ¿crítica?, etc
Un saludo
pACO
Muy buen «pensamiento en alto» Jaime; estoy seguro de que muchos nos identificamos con muchas de las cosas que dices.
Por lo que a mí respecta después de muchos años, dos de las cosas que tengo como «axiomas» serían:
1.- En el fondo, cada uno tenemos nuestra propia «pirámide de Maslow» que determina nuestra escala de prioridades y que puede ser radicalmente diferente en muchos aspectos de la de los demás que nos rodean: para uno es un aburrimiento tirarse cuatro horas en la cabra y para otros lo es el estar tirado cuatro horas panza arriba en la playa.
Cuántas veces os han preguntado eso de «…¿pero te compensa?…» cuando te ven un lunes que no eres capaz de subir / bajar escaleras porque tienes unas agujetas mortales por haber forzado hasta la extenuación en una competición el día anterior y, total «…para no ganar nada… haber quedado el no sé cuántos… haber pagado por correr…». Como dicen en el anuncio de las tarjetas, no tiene precio ver la cara que ponen cuando les sueltas un rotundo «sin duda» 🙂
2.- El coste-oportunidad de las cosas a la hora de escoger entre dos alternativas mutuamente excluyentes. No es tanto en el sentido de un «carpe diem» sino en el sentido de que hay cosas que son «ahora o nunca» o que tienen «su momento».
Este análisis vuelve a ser completamente personal y, por lo mismo que comento en el punto anterior, puede causar extrañeza en otros.
P. ej. ¿merece la pena el coste oportunidad de ir a determinada prueba a cambio de sacrificar multitud de cosas: dinero, vacaciones, tiempo de ocio, …? Pues ni sí, ni no, ni todo lo contrario: depende de cómo lo veamos cada uno.
Bueno, que me he enrollado filosofando más de la cuenta pero es que ese «sentirse fuera de lugar» es un tema que me llama bastante la atención porque daría para escribir y hablar todo lo que se quisiera.
Como ponía Lucanux, gracias, porque se agradece leer de vez en cuando algo diferente a lo habitual en el mundillo blogo-triatlético
Hola jaime. Llevo bastante tiempo siguiendo tu blog, y realmente es fantástico. Fantástico por cosas como las que acabas de escribir, porque me siento identificado con lo que escribes, y porque me hace pensar muchas cosas. Y no se que es lo que tiene este deporte, pero para mi, como para muchos, es mi droga, lo necesito como el beso de mi novia y el abrazo de mi madre, y realmente, si me paro a pensar, no se porqué. Pero lo necesito…
1. Me congratula ver que no sois hombres de hierro, que detrás hay algo más 😉
2. Este tipo de cosas viene provocada por la fustración de los demás, es decir, este mismo sentimiento se extrapola a otras cosas en la vida: el que quiere dejar de fumar y lo consigue, el que quiere perder peso y lo consigue, en definitiva el que desea algo y lo consigue. Cuando la gente ve que consigues lo que te propones, eres constante y dedicas tanto empeño y afán a un objetivo, comienzan a sentir frustración y envidia porque no han sido capaces de desarrollar ninguno de sus sueños e ilusiones.
En mi caso me propuse perder 35 kg, durante este año, me lo he propuesto con todas mis fuerzas, y en ocasiones he sentido justo lo que dices, gente que no empatiza y que acaba intentando echar por tierra todo lo conseguido con cachondeitos, no sabiendo valorar tu esfuerzo, y no es porque no sepan valorarlo realmente, sino porque ellos en el fondo envidian lo que haces porque no serán jamás capaces de hacer lo que tú haces.
3. Ánimo y sigue, que yo sin ser trialtela te puedo asegurar que siento cierta admiración.
Una variante de este tema nos surgió en una conversación después de desayunar, eh? Cuando estás entre gente que valora el deporte, las opiniones son las mismas, y en el caso de hace un par de días, todos estuvimos de acuerdo en que nos gastamos dinero en bicis y zapatillas porque no fumamos ni comemos cochinillo en Segovia todos los domingos… Y lo peor de todo es que aún piensan que somos unos burguesitos por tener miles de euros en material, y ellos no se han parado a contar sus vicios (malos) y si están dejando sin comer a su propia familia. El entrenamiento da mucho tiempo para reflexionar, y si es en compañía, aún se aprende más. A ver si nos vemos en otro campus o alguna carrera! Yo por lo menos he tratado de aprender un poquito más de este mundo durante estos días, seré más bicho raro… Un saludo!
Qué suerte tendrían aquellos que vivieran el trabajo, o cualquier otra actividad diaria, con la misma pasión que nosotros experimentamos cada día swimbikeruneando. Sin pasión, los entrenos también serían «obligaciones» rutinarias.
Uhmmmm, esto da para mucho ;-).
Yo siempre digo que uno sabe que es feliz cuando no se plantea cómo serlo ;-). Yo lo único que sé es que desde que el triatlón está en mi vida, soy mucho más feliz (y que conste que pienso que siempre lo he sido, solo que antes tenía más días de pensar si lo era o no que ahora ;-)). Y que conste que pienso que ha sido el triatlón como podría haber sido el macramé, el punto de cruz o el aeromodelismo… el caso es tener algo con lo que realizarse que no sea el trabajo, porque tener el trabajo como única vía para la «realización personal» es algo peligrosísimo.
Sobre el tema social yo, al contrario de muchos otros, pienso que socializar encima de una bicicleta o en la pared de una piscina entre serie y serie es exactamente igual de válido que hacerlo en un bar delante de una caña y unas alitas de pollo. El que esté mejor visto o más aceptado esto último es un tema de puro convencionalismo social, y so no va conmigo. Lógicamente tengo amigos fuera del ámbito triatlético con los que procuro sacar ratitos para ir a cine o a tomar algo porque para mi es importante y me siento a gusto con ello, pero cuando salgo con la grupeta o voy a los entrenos de equipo creo que también estoy socializando y, como dices, se pueden tener conversaciones interesantísimas e incluso también banales, que a veces también son necesarias.
Vamos que, anda yo caliente… ;-))
Besicos!
Y sobretodo que no hacemos ningún mal a nadie por dedicarnos en cuerpo y alma al triatlón. Además lo que está bien visto socialmente no siempre es lo adecuado, es más yo creo que la mayor parte de veces es un concepto erroneo.Lo importante es divertirte con lo que haces, y si el día de mañana es irme de cañas o el parapente, adelante mientrás me divierta,no??
Ale, me voy a entrenar y a disfrutar de unos 100 kilometrillos con la bici!!!
Pablo
Que razón que tienes!!! Y si eso te pasa a tí, imaginate a los demás que no vamos a conseguir estar nunca entre los 30 primeros en una carrera, que pasamos de salir un sabado por la noche, porque el Domingo toca carrera, y te dicen, que para que? si no vas a ganar nada, pero lo que no se dán cuenta, es que disfrutamos de esos momentos, de conocer a mucha gente, y lo que es más importante en mi caso, el poder superarnos día a día, y demostrarnos que podemos hacer algo si nos lo planteamos, para mí ese tipo de gente, no está viva, en la vida hay que plantearse retos y objetivos e ir poco a poco consiguiendolos, mis retos y objetivos, es el poder terminar y cruzar la línea de meta, cada vez que voy a alguna competición, y me da igual el tiempo que salga con respecto a los demás, sino solamente contra mí mismo.
Un saludo.
Y a seguir así.
Un dia hablando con un amigo, le pregunté ¿tu el día de mañana a qué te dedicarás cuando dejes de hacer triatlon profesionalmente? Y me dijo no lo sé porque hoy por hoy duermo x horas para poder rendir, como determinadas cosas para poder rendir, entreno determinadas horas para poder rendir, no trasnocho para poder rendir, no bebo para poder rendir, no hago excesos para poder rendir… y yo le pregunté ¿Hay algo en tu vida qué esté desvinculado de esto? Y me respondió mi vida es esto, no podría desvincularla nunca. Aunque esto sea un término extremista e incluso alarmista, le entiendo. Llevo muy poco tiempo en esto y este estilo de vida es único y genial y además engancha.
«y eso no me hace ni mejor ni peor persona que nadie, pero lo cierto es que estamos locos para el resto del mundo»
Bendita locura 🙂
Pues yo también creo que el deporte socializa, caray si socializa. Primero porque conoces a un montón de gente de diferente origen al tuyo, y luego que en una hora de trote se puede charlar de un montón de cosas. Pero limitar la vida social (o la vida en general) al deporte, me parece un poco extremo.
Y lo de mirar raro, no sólo pasa de fuera hacia nosotros. Yo hago un montón de cosas diferentes y he visto que hay gente (llámalo apasionados, llámalos frikis, o como quieras) para los cuales el mundo se reduce a una única actividad, y no entienden que alguien pueda considerarlo sólo algo divertido, y no el eje central de su vida. Pasa en paracaidismo, pasa en triatlón, pasa en atletismo popular, pasa en orientación… y pasa en los que viven por y para irse de fiesta y gastarse la pasta en cubatas a 12 euros (o cosas peores) hasta las 7 de la mañana.
Que sí, que a mí me miran raro por entrenar 10 horas a la semana: unos porque entreno «no suficiente», otros porque entreno «todo el día». Ja! 🙂
Lo bueno de todo es, que la diferencia entre las personas está en la capacidad para elegir y en la cantidad de «alimento espiritual e intelectual» que necesitan. A veces es mucho más feliz el ignorante puesto que desconoce lo que se está perdiendo, sin menosprecio alguno. El problema de la gente que alimenta su espíritu de deporte (y de muchas más cosas), es que es muy consciente de lo que se pierde cuando no lo hace, de lo que necesita para sentirse mejor.
Todos, a diferentes niveles de competitividad, sabemos lo que nos pasa por la cabeza en las largas jornadas de entrenamiento: la línea del fondo de la piscina, el sonido de la respiración bajo el agua, las jornadas de rodillo, o las carreras con sus diferentes cambios de ritmo, pero eso no es nada comparado con nadar en el mar durante 3800 metros encontrando el reto personal y la libertad más absoluta, o rodar con la bici con la cabeza puesta en ti mismo y llegar a una cadencia de pedaleo perfecta (sensación personal) en la que podrías estar días sin bajarte de la bici, o correr por los Alpes, Pirineos o la misma Sierra de Madrid haciéndote un poquito más fuerte espiritual y mentalmente, más «natural», disfrutando de paisajes únicos y sobre todo, y es totalmente propio, una persona con mejor conocimiento de sí mismo.
Así pues, el deporte es un gran desconocido para muchos (no saben la ciencia que acompaña al deporte, y el Marca y el AS no son los mejores manuales), y para esos, no somos más que seres extravagantes y con cierta dosis de yonkis, inadaptados, porque los horarios «flexibles» (por lo que se estiran) de las empresas nos encorsetan y nos provoca desazón por no hacer lo que nuestro espíritu necesita, que choca frontalmente con la forma de vida actual (más, más, mejor, más grande… hipoteca, coche, ambición laboral, etc…).
En mi trabajo me miran «distinto» porque cumplo mi horario estricto, porque aprovecho la hora de la comida para entrenar, porque no quiero subir de categoría, porque rehuyo de las medallas y las subidas de muro o trepadas, porque veo a los becarios como personas, porque tengo una furgoneta en lugar de un BMW, porque no llevo corbata, porque no veo Gran Hermano, porque hago Tai-Chi y no sé lo que es un difusor de un Formula 1, corro maratones de esos y ¡¡¡ pago por correr !!, y un largo etcétera.
Lleva razón Jaime en no hacer jucios de valor sobre nadie, no es justo, pero yo pongo el matiz en lo primero que he dicho, las personas nos diferenciamos en la cantidad de libertad que necesitemos o en ser conscientes de su búsqueda. El deporte me ha hecho mejor y más libre, como lo hace la compañía de la familia, la naturaleza, la cultura, un montón de cosas a las que la mayoría renuncian (depende de la situación de cada uno, porque a veces la vida obliga) por otros motivos, o porque cuestan esfuerzo.
Respeto todas las opciones, y no espero comprensión, pero no me gusta la sociedad actual, es más, una sociedad mejor es la que sabe que el deporte es cultura básica, y en este país, hacer deporte es para 4 desustanciaos, y para 4 con pasta, no hay una cultura de base, que empieza por el colegio… la mayoría de los niños, obesos, y consumistas, algunos juegan al fútbol o al tenis o van a Kárate, porque los padres cuuuuuuurrrraaaaaann mucho y así están más ocupados, además de inglés e informática… no hay escuelas deportivas suficientes y los volvemos chalaos con la televisión y el consumismo.
Madrugamos para ver a Fernando Alonso a las 6 de la mañana, hacemos colas el los accesos a los MegaCentros Comerciales de horas, tenemos 4 créditos, uno por cada aparatito electrónico que compramos, y una hipoteca a 30 años, agredimos verbalmente y bromeamos a otros porque son del Atleti o del Barça y da igual que estén delante los niños, nos ha dado por los musicales, es muy chic, todo el mundo ha visto «Hoy no me puedo levantar», no tener «Nespreso» es quedarse anticuado, ¿qué cojones tiene de divertido un politono a 2 euros?, ¿para qué vale un teléfono móvil (yo creía que para llamar cuando se necesitase, no para cambiarlo cada dos dias por el ITouch iPhone con navegador y ducha)? y lo que mola que los adolescentes comentan 49 faltas de ortografía por frase, pero saben poner «pf ctxt al sms, bs muak», en fin, no voy a juzgar ¿pero quién está más «payá»?
Sé la respuesta: yo :-))
Muy buenas reflexiones de todos,,, prometo no sacar más de un post de estos cda 2 meses 🙂
De las mejores entradas.
Yo tengo mi teoría pero te la cuento un día en persona… si puede ser dando pedales pues mejor
Muy buena reflexión!. Yo llevo poco en esto, pero me he dado cuenta que lo mejor del deporte (no solo el triatlón) es la calidad de las personas que lo practican. Creo que es por que te dá la humildad necesaria para saber que siempre habrá gente mejor que tú (y peor) y que, las mentiras, trampas, falsas apariencias etc. te destruyen rápidamente. Es algo muy puro donde sólo tu esfuerzo personal consigue los resultados.