
Crónica Ironman Vitoria 2024
Desde que tengo uso de razón dos cosas me han apasionado; el deporte y la lectura. Leía todo lo que caía en mis manos y a todas partes iba corriendo de niño, por lo que era difícil que se me escapara un articulo del periódico que hablaba de un Duatlón que se iba a celebrar en el Paseo de La Castellana en 1990. Fue una sola cosa inscribirse y empezar a leer todo lo que había sobre triatlón en España (que era poco, Corricolari con Aitor Ruiz de Zarate y Bicisport con Antonio Alix).
Cuando quedaban 10 años para terminar el siglo XX el drafting no era una modalidad sino una trampa, nadie imaginaba que los Juegos Olímpicos dictarían el devenir de Triatlón en el siglo XXI y el Ironman de Hawaii era por supuesto la prueba más importante y prestigiosa del mundo desde hacía ya varios años.
Todo lo que leíamos los adolescentes que hacíamos triatlón eran las gestas de aquella lejana isla del Pacifico a donde ir era casi imposible ya que apenas unos pocos españoles (menos de 5 cada año, y de un nivel altísimo) lograban clasificarse y solo nos cabía soñar con ponernos en la línea de salida de algún Ironman con la ilusión de llegar a meta antes de anochecer.
He intentando acortar 34 años de preámbulo para poder explicar el motivo de por qué intentar lograr una octava clasificación a Kona y la razón de querer transmitirlo escribiéndolo. Dudo haberlo logrado y la mayoría solo veréis un veterano de 50 años con tendencia a la locuacidad, pero yo sigo viendo aquel Jaime de 20 con flequillo que debutaba en el Hombres de Hierro de Malaga 1994 llegando de noche con un tiempo de 11h50, aunque soy consciente de que aquellos tiempos no volverán.
En 2018 terminaba mi 6º Kona, cuando tras mi abandono en Lanzarote 2003 pensaba que esa clasificación era una quimera para mi. Desde 2018 la vida discurría con relativa placidez sin saber qué todo estaba a punto de cambiar a finales de 2019. En Wisconsin 2019 en septiembre ganaba mi grupo de edad y lograba la 7ª clasificación para Hawaii, que por supuesto no se materializó ni en 2020, ni en 2021. En 2022 nos ofrecieron escoger entre las sedes de Saint George o Kona, y aquel año WTC hacía un equilibrio imposible en Kailua con dos carreras en 48 horas que no representaban lo que Kona significa para mi. Saint George fue una preparación de rabia, de dejar atrás la pandemia, pero fueron meses de motor externo y no de motivación intrínseca y cruzar aquella línea de meta no supuso llenar ningún rincón de mi alma.
Tras un 2023 en blanco en la distancia Lanzarote me llamaba para volver a Kona, pero uno no puede pegarse con la vida y el invierno de 2024 dictaminó que el respeto que necesita la Isla del Fuego no me lo había ganado y aplacé el asalto a vientos más propicios, que llegaron por fin en abril como si alguien hubiese echado aceite a los costados de un barco acometido por el oleaje. Iba a ser imposible sumar las horas que habría acumulado para cualquier otra preparación, por lo que decidí no forzar la maquina y hacer lo que mi cuerpo y mi mente me permitiesen en las 14 semanas restantes; Un día menos de bici a la semana, un día menos de carrera y un día menos de agua para sumar 13 horas largas en vez de las 16-18 de otros Ironman.
Con este baño de realidad, pero también con 30 años de experiencia en la distancia me plantaba en Vitoria con mi familia, con más miedo que respeto y sabiendo que podía hacer una buena carrera si desarrollaba un plan de paciencia en lugar de salir a comerme la prueba como había hecho hasta ahora.
Un Ironman al que puedes llegar en coche en pocas horas, si además es en el País Vasco, es sinónimo de tranquilidad y buena comida, aspectos fundamentales en los días previos. Nada especial cabía desde el miércoles, tan solo reconocer los circuitos, meter un par de cambios de ritmo e intentar reducir el uso de móvil (deje el medidor de HRV en casa porque solo me iba a aportar autosugestión).
Las predicciones meteorológicas eran las que eran, para todos igual, pero malas para los que no manejamos bien el calor, por lo que si la táctica S2P (sube dos piñones) estaba clara, salía afianzada cuando vemos a las 6 de la mañana yendo a Landa un cielo azul inmaculado. La experiencia en Ironman puede determinarse por las horas de sueño de la noche anterior, y estar ya con los ojos cerrados a las 11 de la noche y poder dormir casi 7 horas aporta un descanso extra que no suele ocurrir.
La rutina de boxes es algo más que trabajada, repasar la presión de las ruedas, esta vez tubeless 28 mm a 4,8 bares, engrasar la cadena (con la ayuda de Sandra que pasaba por allí) que había limpiado y secado el día anterior, ponerse el neopreno, descartar calentar en el agua por la dificultad logística. Me despido de Sonia y me pongo en el cajón de >60 en Rolling Start. No es la modalidad que más me guste, pero toca adaptarse o buscar otras pruebas, por lo que lo admito como viene y salgo en la 4ª oleada con Jordi Pascual e Iván Cáceres. Rápidamente encuentro un grupo en el que navegar, sin el estrés de la salida pero sin poder disputar un puesto en los primeros metros que me haga exigirme un poco más. Así es, voy metido en un grupo de 10 y veo a Iván a 20 metros. Se que es imposible recortar 15” a un nadador mejor que yo si no es a costa de hacer 500 metros muy pasado de mi ritmo, por lo que simplemente voy dejando entrar las sensaciones de nadar a un ritmo medio que me permita salir entero. A los 2500 metros me tomo un gel ya disuelto en agua y lo vuelvo a meter en el neopreno, donde lo llevaba. No tengo problemas en entrar al grupo de nuevo, que sin embargo empieza a perder unidades por lo que los últimos 1500 toca buscar orientación y la brazada propia. 56´es un ritmo que debo garantizar con estas sensaciones por lo que no me extraña lo que veo en el GPS. En otras ocasiones estaría pensando que más ambición me habría podido poner en 53-54, pero este Vitoria 2024 viene con un guion distinto. Veo los videos al trote de T1 y los comparo con aquellos galopes de hace una década y empiezo a darme cuenta de que en realidad los 50 sí que pesan.
7 años desde que salía de esta T1 en cuarta posición y con toda la recta hasta Ozaeta sin ver a nadie en 2017. Desde el minuto 1 me encuentro con varios triatletas de Grupos de Edad que tiran como posesos y hay que cuidar la distancia de drafting. Voy un poco pasado de watios pero con viento en contra a 36 kms/h y con los jueces dando aprobación a una situación que me incomoda, pero que tras varios años de no hacer ningún Ironman llano ratifica que ya todo el mundo cuida la aerodinámica y sabe pedalear en llano. Lo que hace 7 años valía para hacer top 10 en hombres ahora no basta para top 100 (o top 15 en mujeres). En Agurain llegan los mejores rodadores españoles en Grupos (Juanan Gonzalez, Lucas) y ponen un punto extra, pero el viento es favor ahora y rodamos a 45 kms/h hacia Zurbano con mucho menos esfuerzo. La tentación de pasar adelante es alta, pero se que no debo, aunque quiero. No es mi forma habitual de competir en esta distancia, pero me mantengo “penalty free” y quizás es el momento de admitir que he estado un cuarto de siglo compitiendo mal en Ironman, que no es una contrarreloj sino una prueba con personas a nuestro alrededor y con un componente táctico que no hay que obviar.
Los kilómetros pasan deprisa y aunque habría agradecido un punto de avituallamiento en Lubiano, la decisión de llevar 3 bidones, dos de alimento y uno grande de agua, se revela acertada y no paso apuros en ningún momento. El tramo de Lubiano circular, en vez de ida y vuelta como 2017, es más ameno aunque los repechos de esa zona impiden que la bici acelere. El grupo en el que circulamos pierde unidades a la vez que otros llegan y aumentan la velocidad pasando Betoño. Los repechos se hacen con mucha facilidad, viendo que todo el mundo sabe ya guardar fuerzas para cuando vengan. Completar la primera vuelta con bastante viento a 38,5 kms/h y 5 watios por debajo de lo previsto está dentro del plan y aunque la mente no está 100% en modo túnel como solo lo estuvo en Lanzarote 2012, sí que los kilómetros pasan sin darme apenas cuenta y notando que el viento de cara hasta Ozaeta no castiga demasiado. En los avituallamientos de Marieta el grupo en el que voy coge todo lo que puede por lo que llenar de agua fría mi bidón tras el sillín no me penaliza, aunque veo en los bidones de alimento que estoy terminándomelos a mayor ritmo del marcado, asi que cojo una barrita por si acaso y medio plátano, que me como allí mismo. Llegamos de nuevo a Agurain sin que la media haya bajado de 38 y es momento de volver a ganar velocidad. Juanan se ve con fuerzas y se marcha solo. Creo que le puedo seguir, pero mi guerra tiene 4 etapas, y la primera es asegurar meta, por lo que descarto la idea.
Robert Kallin nos dobla (3h54 que no parece que vaya tan rápido por la sensación de facilidad que transmitía). Me quedo con Adrián Lainez, Lucas y Florian (un alemán) hasta Zurbano de nuevo para encarar la ultima subida a la presa, donde ya solo quedamos Adrián y yo y nos toca encarar el ultimo tramo de viento de cara, dándome tiempo a razonar que iba a ser más corto. Que los pensamientos positivos estén saliendo solos sin recurrir a ninguna estrategia es muy buena señal y pasamos el cruce de Marieta a “solo” 28 kms de T2 para enfocar la subida de de Maturana al 10%, que afrontamos con monoplato tanto Adrián como yo, aunque su piñon le pasa un poco de factura, pero coronamos juntos, comentamos la jugada con una sonrisa y seguimos a por el ultimo tramo rápido, donde cogemos a Ruth Brito, que está haciendo una bici rapidísima (había salido como pro 15 minutos antes) a un francés y un italiano ya por encima de 38,3 kms/h. Los watios están bajando, pero apretar los últimos kilómetros solo vale para ganar unos pocos segundos, así que incluso me quito la visera del casco que ya empezaba a notar que no disipaba calor, justo cuando veo a Prado en su segunda vuelta, la animo en Lubiano, aunque percibo que está pasando un mal momento y seguimos hacia T2 alcanzando a alguna otra mujer pro. De algún modo he conseguido hacer 180 kms a 220 watios en 4h41 cuando no había superado los 165 en ningún entrenamiento y con la impresión de que he llegado entero, pero tocaba ver si aun podía pagar esas deudas en la maratón.
Bajar a T2 como una apisonadora no me dice nada, así que habría que esperar a correr. Tengo 4 minutos de ventaja sobre Clive Kennedy (GBR) y7 sobre Edouard Entraeygues (FRA) y más de 15´sobre el 4º, que según mis cuentas es la ultima plaza segura para Kona. Pierdo 1´de ventaja en T2 al cambiarme por ropa de carrera a pie, en mi creencia de que yo disipo mal el calor y el mono no me ayuda. Salgo frenando la zancada todo lo que puedo, pero no me creo el dato del GPS (demasiado rápido para lo que sentía) por lo que en el km 11 me quito el reloj y lo meto en el bolsillo trasero para fiarlo todo a las sensaciones. Mi entrenamiento a pie mas largo había sido de 2 horas y 26 kms y ninguna transición, por lo que el ritmo de trote estaba muy interiorizado. En la primera vuelta ando cada dos avituallamientos y nadie me recorta nada e incluso Clide empieza a perder tiempo desde el primer kilometro. No llevo nada de comida propia ya que habría geles en todos los avituallamientos cada 10 minutos aproximadamente, pero son demasiado dulces para lo que estoy acostumbrado, aunque no va más allá del sabor y sí noto que la energía entra. Los tramos más cercanos a la catedral son muy especiales y hay sombra prácticamente a cada paso, por lo que me deshago de la gorra y las gafas en un avituallamiento y sigo la primera vuelta con entereza, aunque me empiezan a arder los pies en el km 11. Veo que la quemazon es casi insoportable y que 31 kilometros así van a ser imposibles. En cada curva intento retirar el apoyo pero es imposible y dejo que la mente piense alternativas; quitarme los calcetines no es una opción por las rozaduras, cuando me doy cuenta de que la tensión de las gomas solo la había probado en triatlones cortos sin calcetines. Veo muchos bares donde pedir un cuchillo para cortar las gomas pero creo que voy a perder mucho tiempo, por lo que pregunto al entrar al parque a dos voluntarias si tienen unas tijeras. ¡Tienen!. Corto las gomas y al ser lengüeta integrada la zapatilla se fija bien corriendo despacio. El alivio es inmediato y puedo volver a apoyar bien el pie, pero el calor está en su peor momento para mi y Edouard me recorta 3 minutos en la segunda vuelta, en la que ya estoy asegurando todos los avituallamientos a pie. Lo tengo a 4 minutos en la media maratón y empiezo a preguntar donde viene el 4º, que sigue a 15 minutos.
Parece que se cumple eso de que en 50-54 ya casi nadie corre por debajo de 3h15, pero no veo como mantener la primera plaza corriendo de ese modo. No era el objetivo y sigo disfrutando de los ánimos, Eneko y Pedro en el tramo más alejado, Peru, Alex y Sonia en las Universidades, Gonzalo y Antonio en el parque, Sandra en el tramo del tranvía y Ainhoa y Helene en la Catedral. Mucha más gente me animó y dio referencias y se notaba que me deseaban lo mejor, lo que hizo que andar casi más que correr en la 3ª vuelta, en la que pierdo la primera plaza en el km 30 no fuera un mal momento. Me dicen que Edouard me ha pasado pero ya no está corriendo mas deprisa, y un kilometro después de pasarme se nubla, lo que me permite recuperarme y adelantarle de nuevo para ponerme a correr todo lo que me permiten los cuádriceps hasta el km 35. Se que así no llego hasta el 42 aunque he vuelto a sacarle 1 minuto. No puedo saltarme ningún avituallamiento y sigo andando pero saco fuerzas de donde no hay en Universidades y al volver a pasar por el Parque en el km 40 me cantan 2m30. Puedo disfrutar de haberlo luchado hasta el final y aunque parezco un robot entrando en meta y el parcial de 3h22 entra dentro de mis maratones “malas” esta vez consigo relativizar la propia exigencia y me emociono de haber sacado este resultado con esta preparación. Me cuesta vocalizar en meta y articular palabra y solo quiero llegar al hotel lo antes posible ya que el cuerpo se está quejando. En 2018 y 2022 Sonia no estaba allí y agradezco el haber podido correr cerca de casa y notar su apoyo incondicional desde las 5 de la mañana hasta las 10 de la noche, donde cenamos todo lo que había salado en el menú y nos dormimos nada más llegar a la habitación.
Me encanta escribir, pero las emociones de las horas posteriores a un Ironman son difícilmente plasmables en papel y quizás sea mejor asi y guardarse estos meses solo para uno y los que le rodean. Esta vez sí, See U in Kona, que posiblemente sea,,, no lo dejare por escrito.

«Si bajo de 28´en el 1.500 estaré contento». Pues 19m34!
«28 minutos, ojalá» Eso fue lo que pensé en mi 2ª temporada de triatlón, cuando me costaba bajar de 30´en los triatlones. El año anterior había debutado sin saber apenas nadar en la Casa de campo saliendo último del agua en un tiempo cercano a los 40 minutos.
Antes de seguir contando cómo puede mejorarse una natación de un grupo de edad conviene contextualizar que 19m34 en piscina de 25 metros supone perder casi 5m30 con Florian y 4m30 con Katie Ledecky. Es decir, mi rendimiento nadando respecto a los mejores especialistas del mundo misma perdida que puedo tener en un puerto de 15 minutos o en un 5.000 con los mejores atletas, lo que supone perder 5 minutos por cada 15 minutos que ellos van a tope. Es decir, lo que os voy a contar aquí es el proceso de un triatletas que no nadó de joven y con muchas limitaciones técnica y por supuesto de aptitud (la famosa herencia genética) que ha mejorado sus propios limites, consciente de que ese 19m34 es un calentamiento para centenas de nadadores en España, y sin embargo, transferible a la gran mayoría de triatletas de GG.EE que como yo no provienen del mundo de la natación.
Algunos hitos temporales que pueden explicar una mejora de 25 minutos en 33 años (el primero, que mi natación a los 16 era la necesaria para no ahogarse si me caía de un barco)
- 1990. 44´en T1 en Distancia A (actualmente Olímpico) Casa de Campo. Mi madre vino a verme con prismáticos por si me ahogaba. (verídico)
- 1991. 32´en T1 en Casa de Campo.
- 1994. Sigo nadando sin saber meter la cabeza entre respiraciones y me apunto al Ironman Hombres de Hierro de Malaga. Creo que necesito aprender a respirar entre brazadas para completar 3800 metros (con neopreno corto de body board) y ese verano voy a clases de natación con Alicia Garcia para aprender. 1h18 en T1 en Rincón de la Victoria. Ya podía nadar más deprisa y el doble de distancia que en un Olímpico hacía dos años
- 1994-1997 sigo nadando con cualquier plan que cae en mis manos, principalmente de Revista Corricolari, sin mayor criterio que el hecho de que si estaba publicado era valido. No tengo registros de entonces, pero imagino que nadaria una media de 4.000 semanales
- 1996. 1º de INEF. En la asignatura de natación la recordada Susana Martin nos hizo un test de 1.500 que completé en 25m50 (a 1m43/100)
- 1998. Hombres de Hierro de Ibiza. 1h03 en T1. 15 minutos de mejora 4 años despues.
- 2000. Practicas de Alto Rendimiento en CAR Madrid. Había que ir 1 vez a la semana y pedí permiso al DT de entonces, Andreu Alfonso, para ir 4 veces a la semana a molestar a Eduardo No, Alberto Garcia Bataller y mas adelante Cesar Varela (creo que intente no ser muy pesado pero no lo conseguí). Allí aprendí muchos conceptos técnicos, en especial las remadas, y el último dia de practicas le pedi a un compañero de la facultad que fuese delante de mi un 200 para intentar hacer 2m59. Mi primer ritmo de menos de 1m30/100 en bloques «largos» 🙂
- 2000-2006 ya estaba nadando de un modo más asiduo en Canoe, entendiendo más las recuperaciones más cortas propias de la natación y la necesidad de aumentar el volumen, y rondaría los 6.000-8.000 semanales
- 2.004 22m29 en test de 1500 (a 1m29.99)
- 2005 sali del agua en 57´en Ironman Zurich. Tiempos que entonces servían para estar bastante delante, pero con muy poca ventaja sobre los grandes pelotones que se formaban en pruebas rapidas. En el km 80 me alcanzó un pelotón de mas de 50 triatletas y en ese momento me pusieron una tarjeta por drafting. 6 minutos con un crono de penalización en T2 que no puedo decir que fueran injustos porque en ese momento estaba alli, pero una sensación que no quería volver a vivir, por lo que ese invierno empecé a nadar con el CN Matas, a las ordenes de Maribel Blanco. Aquello suponía pasar a nadar 10.000 semanales y ya a ritmos que me parecían imposibles cómo un 10 x 50 en 40″C/50″ (recuperando 10″ entre bloques) yendo yo a pies de varios chavales a los que doblaba la edad.
- 2006 Challenge Roth. Aquellas sesiones con CN Matas daban sus frutos y conseguía salir en 55´, aproximadamente a 8-9 minutos de los mejores triatletas de entonces, y asegurandome no estar en zona de drafting la mayoria de los 180 kilómetros,
- 2008 Campeonato de Madrid de 1.500 en piscina de 50. 21m14 (a 1m24/100). Conseguia bajar de 22m00 que era otra barrera que me parecía insalvable. El sub 21 lo veia posible pero nadar en menos de 20m00 lo dejaba para próximas reencarnaciones.
- 2010. Surge la oportunidad de ayudar a Ana Burgos en su intento de clasificarse para Londres 2012 a las ordenes de Alberto García Bataller (ayudar quiere decir nadar con ella a sus pies para que las sesiones no se hiciesen tan largas). Paso a manejar 12.000 metros semanales en 4 sesiones que durante dos años eran basicamente morirse para entrar en los tiempos que hacia Ana.
- Entre 2012 y 2018 sigo nadando con Alberto y Ana. Mi nivel de 1500 ronda el 20m30 (1m22/100) lo que me permite aprovechando que se me dan bien las aguas abiertas salir en 54´ en Kona 2014, a solo 6´de Jan Frodeno, lo que considero mi mejor rendimiento en triatlon en el primer segmento (de hecho salí 7º del agua en 40-44).
- En 2019 me mudo a una ciudad pequeña y aparece en 2020 la pandemia. Las nataciones con rolling start me desmotivan sumamente y mi capacidad de sufrir solo en la piscina baja notablemente, lo que se traduce en nataciones de 2021 y 2022 muy frustrantes, perdiendo casi 5 minutos en Olímpicos con los mejores triatletas de España cuando 5 años antes conseguía salir a 3m15 de Javier Gomez Noya en la Casa de Campo.
- Por algun motivo en 2022 sigo disfrutando del triatlón y en verano contacto con Sergio Mogena, entrenador de CN Delfines y Federación Extremeña de Natación para salir del hoyo natatorio. Los conceptos técnicos introducidos se basan en mejorar mi longitud de ciclo y el verano avanza con los altibajos propios de cambios técnicos.
- 2023. Se fija la prueba de Fondo Masters de Extremadura para el 14 de enero y 12 semanas antes vemos que el Record de Extremadura está en 20m08. Los tiempos entrenando dicen que puedo intentarlo y posiblemente asaltar el Sub 20m00 que hace 10 años consideraba imposible. Logro un 19m34 (a 1m18/100) estableciendo el record de Extremadura +45 (y el de 800 en el paso de 10m19). Paso el 400 en 5m04 (mi mejor marca es 4m57) y esta vez sin fijar imposibles para 2024. Este salto cualitativo lo considero posible gracias a la capacidad técnica de identificación de necesidades de Sergio.
El 1500 en piscina no es nada más que una referencia que utilizo para establecer mi nivel como triatleta, siendo una condición necesaria pero no suficiente. El verdadero objetivo es ser capaz de sacar esta velocidad de nado en aguas abiertas
Me comentaba Peru Alfaro que cuanto creo que podría haber llegado a hacer en un 1500 si hubiese nadado de joven, y yo le contestaba que no sabría hacer el cálculo, pero que estaaba seguro de que si hubiese nadadado 30.000 metros semanales de joven no creo que hubiese hecho 19m34 a los 49.

GIGO
G I G O es el acrónimo ingles que se usa en computación para expresar «Garbage In Garbage Out», lo que quiere decir que cuando alimentas con datos poco precisos un cálculo, el resultado de dicho cálculo sera poco preciso.
Desde hace varias decádas los números ayudan a los entrenadores de distintos deportes a tomar decisiones más precisas y desprovistas de emociones e indudablemente la tecnología es algo en lo que debemos apoyarnos quienes nos dedicamos al rendimiento.
Nuevas herramientas de IA como ChatGPT o IA Endurance son capaces de crear programas de entrenamiento, que si profundizamos en la calidad de estos vemos que ni siquiera llegan a la categoria de planes génericos que podemos encoontrar en lared. No me engaño y se que está tecnologia va a progresar muchisimo en el futuro, y posiblemente combinando estas herramientas con el Big Data que volcamos cada dia en Garmin Connect, Apple Hellth, Strava, la inteligencia artificial aprenda de tendencias que pueden aplicarse y funcionan en la mayoría de los deportistas. La clave es si sabran detectar esos deportistas que no funcionan con lo que funciona una amplia muestra.
Durante años he compartido con varios ingenieros aeronauticos, y algun teleco, y sin embargo amigos, piscina de entrenamiento y varias conversaciones sumamente interesantes acerca de la capacidad de la tecnología de sustituir al ser humano al frente de un plan de entrenamiento.
No es un debate nuevo, ya en 2002 José Gutierrez, reconocido entrenador cantabro, nos exponía en una charla de la Escuela Nacional de Entrenadores de Triatlón confiaba en que el rendimiento podría predecirse en un futuro aumentando la cantidad de datos que pueden añadirse a una ecuación multifactorial como es el rendimiento, y se exponía el ejemplo de cálculos sumamente complicados que permitián al ser humano llegar a la luna.
Sin embargo, el símil tiene lagunas ya que las variables que influyen en «Rocket Science», siendo complejisimas, son precisas; Se conoce la fuerza gravitacional, el peso del satelite, el peso de los astronautas, el gasto en combustible, las orbitas lunares y terrestres y cualquier otro parametro que mis amigos quieran añadir 🙂 y la cuenta atras se aborta si falla alguna variable. Pero incluso con todas estas variables puestas a prueba con la más alta de las tecnologias vemos objetivos fallidos como el Vega C de la AEE.
Un mundo dónde se mueve infnitamente más dinero que en el rendimiento deportivo como es el bursatil tambien ha intentado aplicar altisima tecnología en la predicción del comportamiento de los mercados, y con mayores intereses y mayores medios no han conseguido dicho objetivo con la precisión anhelada.
En el rendimiento humano, especialmente en las pruebas de fondo, siendo altamente predecible a grandes rasgos la velocidad que podrá desarrollar un deportista en una duración dada, los datos que aportamos a la ecuación son sumamente imprecisos
- Hay deportistas que rinden mejor en tests que en competición, viceversa y otros que directamente se niegan a efectuar tests.
- La precisión de las herramientas de medición de tests de campo (lactato, potencia, pulso….) no tienen una precisíon del 100%
- No hay un consenso total sobre el establecimiento de las zonas de entrenamiento resultantes de los test
- El día que hay que «lanzar el cohete» no lo decide el deportista ni su entrenador sino el calendario de competiciones. Si un parametro indica que no debe lanzarse el cohete, este se lanza y ya veremos cómo maneja el astronauta la modificacion de la trayectoria.
- Hay deportisstas que ante un problema externo se crecen en competición y otros manejan peor la situación
Podria poner decenas de situaciones más que modificarán el resultado final de la ecuación aunque hayamos nutrido a esta con HRV, Pulso, Potencia, Alpha1, velocidad, frecuencia y longitud de ciclo, datos de glucemia via Supersapiens y temperatura corporal o mediciones de campo de VO2 y hayamos formado una chart en WKO5 mediante codigo que consiga cruzar todos estos datos
¿Quiere esta reflexión decir que estoy en contra del ánalisis de datos y la toma de estos? Todo lo contrario; registro muchos de estos datos en mi mismo y mis deportistas y continuamente estoy comparandolos con otros, en distintas herramientas de análisis como WKO5, Training Peaks, MyWindsock, Strava, Best Bike Split y muchas otras (lo que me recuerda al escribir esto que debería cancelar alguna suscripción). Recuerdo con cariño conducir en 1994 a Navacerrada para comprar a Daniel Clavero mi primer pulsómetro que podía descargar datos al ordenador (con el antiguo Polar Precisión Perfomance) y volcar eso datos en ordenadores de mis tios en Asturias donde instalaba el software con aquellos diskettes de 1.44 MB (Megas, no Gigas)
Pero toda la tecnología vendra siempre supeditada a cómo ese órgano que no tienen los cohetes (cerebro) influye en el deportista y un entrenador deberá siempre mirar a los ojos a un deportista para saber cuando los datos son basura o realmente nos estan ayudando.
Los entrenadores deberemos ser más científicos, y los científicos más poetas.

Protocolo de vuelta a entrenamientos de Triatlón Tras Covid
En enero de 2022 empecé a valorar el HRV en mis entrenamientos tras escuchar a algunos de mis deportistas que estaban utilizándolo. No soy por lo tanto un experto de este parámetro que mide sobre todo cómo funciona la activación del sistema nervioso autónomo. HRV alude a los términos en ingles de Heart Reat Variability y expresa la diferencia que hay en la media de tiempo entre latidos (si nuestro corazón late 60 veces por minuto, la diferencia entre cada latido es de 1000 milisegundos, pero un latido puede ocurrir cada 950 o 1050 milisegundos, de modo normal (no confundir con arritimias). Cada persona tiene una variabilidad que la caracteriza, y variabilidades muy bajas o muy altas sobre una línea basal pueden ayudarnos a interpretar precozmente avisos del cuerpo. Dado que el primer campo de aplicación del HRV es médico, para los que queraís saber más os dejo un enlace de un buen articulo de 2015, u os invito a debatir en redes con Marco Altini o Luis M. Gallego entre muchos otros. Yo sigo aprendiendo 8 meses después.
Tras estos 8 meses en los que me costaba (y me sigue costando) encontrar un patrón que me ayude en toma de decisiones ANTES de un entrenamiento, pasar el Covid (sin secuelas) sí me ha proporcionado algunos datos que puedo extrapolar al entrenamiento cotidiano en temporadas venideras.
Dado que he citado artículos y expertos en el tema, intentaré que este articulo se mantenga accesible para los no especialistas en el tema por lo que irá acompañado de gráfica sencillas que solo aluden a una persona pero que se han repetido en contagios de la variante XE en varios triatletas que NO han desarrollado Covid Persistente teniendo todos entre 2 y 3 vacunas.
La Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca (HRV en adelante) es un indicador de salud cardiovascular que requiere de una toma precisa del pulso en condiciones al despertarse o durante la noche, con varios dispositivos como el anillo Oura Ring, algunos Garmin y Apple Watch o las pulseras de actividad Fitbit y Whoop, además de mediante la aplicación HRV4training mediante el sensor óptico de un móvil de última generación. Cada sistema tiene sus pros y contras y dado que no tengo ningún conflicto de intereses en este punto, os dire que mi elección ha sido Oura Ring (por la comodidad de ponermelo y olvidar que tengo que hacer una medición cada día) y HRV4TrainingPro como herramienta de análisis, pero he observado el resto de aparatos de medición y herramientas de análisis y para la mayoria de los lectores de estas lineas cualquier combinación es suficiente ara incorporar la medición del HRV a nuestro día a día.
Además de HRV todos estos artilugios detectan la actividad diaria, la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria, la variación de la temperatura corporal y la cantidad y calidad del sueño. por lo que los ingenieros de Big Data y los amantes de la programación pueden hacer miles de combinaciones de datos para encontrar patrones, que por ahora se antojan complejos y el 99% de esas combinaciones darán una información de muy poco valor, pero del trabajo conjunto, la calidad de los datos y la entrada en la recopilación de estos de entrenadores podremos avanzar en quedarnos con aquellas métricas verdaderamente valiosas.
Periodo de incubación
- Día -5: Exposición al Virus.
- Día -3; Leve aumento de rMSSD por encima de valores basales. Sin sintomas en la vida cotidiana pero aumento de Percepción de Esfuerzo (RPE).
- Día -1: Aumento de temperatura corporal superior a 0.5ºC por encima de valores basales. Debe detenerse la actividad aunque el cuerpo aun permite entrenar.
- Día 0: Test Positivo. Desplome de rMSSD, aumento de tempratura corporal entre 1ºC y 3ºC, fatiga e imposibilidad de entrenar.
Toma de decisiones en día 0
- Dar por finalizada esta parte de la temporada.
- Eliminar cualquier competición del calendario en las próximas 5 semanas.
- No replanificar a largo plazo hasta el dia 28.
- Decisiones médicas, con los médicos.
Test Positivo
Puede durar entre 4 y 10 dias. Mi consejo es no volverse loco con los test y esperar a que los sintomas mejoren antes de realizar un análisis para la búsqueda de un resultado negativo que nos permita iniciar la vuelta al entrenamiento normal.
- Día 1-5: Inicio de recuperación de valores rMSSD y progresivo descenso de temperatura pero manteniendo ambos valores en situación de observación. No entrenar
Test Negativo
Estamos en marcha de nuevo pero el estado de forma se asemeja al de haber estado varias semanas sin haber hecho ningún tipo de actividad física. Empezamos a movernos para poder crear una base sobre la que entrenar, pero no estamos midiendo la intensidad, o si la estamos midiendo (yo sí lo hago) es solo como información accesoria.
A todos los que tengan la posibilidad de teletrabajo les recomiendo optar por el entorno más tranquilo posible al que puedan ir para mejorar la cantidad del tiempo libre, la calidad del aire que respiramos, disminuir el ruido de nuestra vida cotidiana y si no lo estábamos haciendo ya, mejorar nuestra alimentación.
- La frecuencia cardíaca está elevada entre un 10 y un 25% para los valores de intensidad a los que solemos ir a esas velocidades.
- Las distancias que podemos recorrer son cortas.
- El periodo de frustración es normal. El cuerpo no ha perdido tanto como creemos y podremos ir encontrando sensaciones de modo paulatino.
- Días 4-10. Una sesión al día, sin intentar medir ni comprobar nada. Tan solo movernos a ritmo muy sencilo para ir reintroduciendo el organismo a la vuelta a la actividad.
- Día 5; 1500 metros natación suave en bloques cortos.
- Día 6; 90´de bici monitorizando pulso y potencia, en los que observaremos discrepancias de 1-2 zonas.
- Día 7; 30´ de carrera monitorizando pulso y velocidad, donde al igual que en ciclismo observaremos dicho desacople cardiaco.
- Día 8; 2000 metros de natación suave en bloque cortos.
- Día 9; 2 horas de bici monitorizando pulso y potencia, en los que observaremos discrepancias de 1 zona pero con el pulso aun alto.
- Día 10; 45´ de carrera monitorizando pulso y velocidad, donde al igual que en ciclismo observaremos dicho desacople cardiaco en disminución.
Reintroducción al entrenamiento
Tras el test negativo y una vuelta progresiva a la actividad física ,que no podemos llamar entrenamiento pautado, conviene hacer una prueba de esfuerzo con un médico especialista en cardiología deportiva, especialmente si los síntomas de fatiga se mantienen o percibimos señales de alarma como arritmias, molestias o dificultades respiratorias
- Días 11-14. La temperatura y rMSSD han vuelto a valores basales. Podemos recuperar la doble sesión si estamos acostumbrados a ello, pero siempre manteniendonos en zonas bajas de carga.
- Dias 14-21. El desacople cardiaco ha desaparecido casi por completo en zonas bajas y podemos empezar a pautar trabajos de calidad. Hasta el día 28 yo he descartado trabajos de Z5 y hemos empezado por cargas de Z3 y Z4 donde la fátiga aparece rapidamente, la sensación de falta de fuerza aplicada es notable, el desacople cardiaco es de al menos 1 zona y el volumen de trabajo de calidad es inferior al 50% que podiamos hacer pre Covid.
- Días 21-28: Las sensaciones mejoran día a día, aunque la recuperación completa del Covid no es lineal y podemos experimentar episodios de subida leve de temperatura y bajadas de rMSSD en los que conviene aplazar el trabajo prescrito.
- Día 28: La memoria es frágil y el trabajo de calidad ha empezado a dar sus frutos haciéndonos pensar que no ha sido para tanto. Es posible que ya estemos en la rampa de lanamiento de nuevo, pero no espereis vuestra mejor versión en la primera competición que no debería ser antes del día 35.

Crónica IM Saint George
Es un castigo excesivo
Tuve este pensamiento durante el ciclismo en varias ocasiones; Aunque las sensaciones eran buenas la altitud se dejaba notar, el calor iba in crescendo, los repechos se sucedían uno tras otro y los descensos no permitían ningún descanso mental. El viento no era nada que no hubiésemos manejado en Lanzarote y el asfalto no era peor que el de Nazaret, pero todo junto suponía un trabajo de concentración muy alto.
Amanecía en el Lago de Sands Hollow y descartado el calentamiento en el agua por logística y temperatura del agua solo quedaba correr 2 kilómetros muy fáciles para tener un mínimo de activación al iniciar la primera brazada en el infausto Rolling Start. Consigo ponerme en la primera salida de 45-49 (10 triatletas). Salíamos 4 minutos después de 18-24 y otros grupos, por lo que desde los 400 metros estábamos adelantando gente. Localizo con facilidad al grupo de mejores nadadores y enseguida noto que es un ritmo levemente superior al que puedo mantener, por lo que en la primera boya se me van en cuanto empezamos a adelantar nadadores más lentos. Noto que mi brazada es frecuente y que voy dando piernas por lo que no me preocupo por quedarme solo, aunque debo ir esquivando en todo momento nadadores de mangas anteriores. A los 2000 metros me tomo un gel que llevaba en el pecho, y a los pocos minutos noto que estoy terminando con más fuerza que otros Ironman. Veo 59´al emerger de las frías aguas de Utah pero estoy seguro de que todos hemos nadado más lento de lo previsto y no le presto más atención.
Paso deprisa por T1 y en las primeras pedaladas veo que la bici quiere correr. La hilera de oleadas anteriores es enorme y voy pasando triatletas sin que me pase nadie. Los watios están en 220, unos 10 menos de lo habitual, lo que entraba dentro de mis cálculos dado que a esa altitud se pierde mucho sobre nivel de mar por el déficit de oxigeno. Me pasan un par de misiles tierra-tierra pero me alegro de ver que nadie esta jugando al drafting y sigo a mi ritmo, encadenando repecho tras repecho de entre 3 y 6 minutos subiendo a 290 watios. Analizándolo a posteriori sumo 13 subidas cortas a ritmo de olímpico que añaden 55 minutos en Z3 alta antes de llegar al kilometro 140 y punto más alto del recorrido. He optado por 3 bidones en lo que llevo 500 gramos de Hidratos de carbono, además de una bolsa con 3 geles de cafeína (otros 75 gramos) y 4 geles que había dejado en Special Needs, así que termino con 675 gramos de hidratos el ciclismo para 5h18, llegando a 126 gramos durante la bici, algo que había entrenado en progresión desde que hace ya 14 años empezáramos con 60 gramos/h en 15 geles durante la bici de Ironman Lanzarote y nos llamaran locos.
Al llegar al kilometro 80 se inicia el bucle largo que nos lleva hasta Veyo Valley, subiendo desde 900 metros hasta 1400 en una sucesión de repechos que coronan en un llano y no en un descenso, lo que obliga a subir con freno de mano. Es la 3ª vez que compito en Estados Unidos fuera de Kona y aquí me pasa al revés que en Europa, remontado puestos en subida y los pierdo en llano.
Respecto a otros Ironman no estoy tanto en modo dorsal como en modo búsqueda interior. Tras clasificarme para Kona 2020 en Wisconsin 2019 empezaron a cambiar varios aspectos de mi vida a los que vino a sumarse la pandemia. Tras las dos cancelaciones de Kona fui de los pocos que optó por Saint George, en una suerte de catarsis que supuso el fin de una etapa al cruzar la meta de mi 24º Ironman. No me interesaban ni los rivales, ni saber que podía remontar puestos corriendo, solo quería llegar a meta y quitarme una mochila invisible que solo yo podía ver.
Al iniciar el último puerto en el kilometro 55 la centralita del Sram dice basta con el 50 x 15; me bajo para limpiarla, desconecto cables y sigue sin cambiar. Me quedan 4,5 kms al 7% y otros 15 kilómetros para abajo, asi que aprieto dientes y subo a una cadencia que hoy sigo sin explicarme cómo pude mover ese desarrollo. Corono con una sonrisa de alivio y el cambio se pone a funcionar solo para meterme el 50-36 en la bajada…. Pulso atónito el botón de bajada y afortunadamente reacciona, asi que llego a T2 sin más problemas que 20 minutos atrancado y algún minuto perdido al que no doy ninguna importancia.
Me cambio de ropa completamente para evitar el calor que suelo acumular cuando uso mono y salgo a encontrarme con mis piernas en la primera subida hasta el km 4. 4m24 en primer kilometro y echo freno para coronar en 4m36, siéndome fácil ese ritmo, por lo que decido aprovechar inercia en la bajada. Remontó a mucha gente y veo que va a ser un día durísimo para todos. Llego al kilometro 10 corriendo cuesta abajo a 4m15 e inicio la subida de vuelta a la primera media maratón a 5m00 para pasar la media en 1h36 y pasando kilómetros como una aspiradora. Pongo el reloj en modo hora ya que sabía que empezaba a decaer el ritmo y me olvido del ritmo aunque empiezo a ver el sub 10 en peligro lo que me perite tener un objetivo que impide venirme abajo mentalmente porque el puesto 9º es inamovible en mi grupo. La útima subida entro en modo supervivencia pero consigo correr hasta los últimos 200 metros que me permito mi primer momento de relax en 9 horas y media. Con una sonrisa de alivio me tiro hacia abajo mas despacio que la primera vez que subía en sentido opuesto y disfruto de una mente en silencio los últimos 20 minutos.
Ha sido un castigo excesivo, pero estoy aquí porque quiero y ahora ya solo deseo llegar a casa para afrontar la segunda vuelta de la noria.

El Hype Suizo
Recién aterrizado del Mundial Ironman de Saint George muchas reflexiones sobre el rendimiento en Ironman vienen a mi mente.
Hemos hablado hasta la extenuación en las semanas previas del ego de los hombres, con batallas dialécticas y bravuconadas varias entre varios de los a priori protagonistas, aunque otros como Braden Currie hacían su trabajo paciente de hormiguita en la sombra.
La misma prudencia de Currie caracterizó a las mujeres, que además llegaron las 22 profesionales a meta, con la alegría de recuperar a Daniela Ryf, que esta vez sí, hablo alto y claro DESPUES de cruzar la linea de meta; «gracias a los que confiaron en mi por darme fuerzas y a los que no por darme motivación».
A los entrenadores que nos apasiona tanto el trabajo constante como el uso de la tecnología, porque ambas cosas son compatibles, asistir a el resultado de Blummenfelt nos gusta; el resultado de ESTE noruego supone un cambio de paradigma en los conceptos que se nos antojaban imposibles hace dos años en distancia Ironman, al igual que la llegada de los Bownlee a las WTS supuso que 10 años despues cualquier junior del mundo que quiera estar en competiciones internacionales sabe que debe manejar el sub 3´/km que hace 20 años le hubiese conducido a un titulo mundial y hoy es el mínimo común denominador.
Volviendo a los Brownlee, entonces todo el mundo hablaba del sistema británico, como hoy hablamos del sistema noruego, y justo antes de la pandemia hablábamos del sistema de Filliol; Ryf ha ganado con Sutton y vuelve a ganar con Michael Harvey por quinta vez. Y claro, no me olvido de que en el último Kona los ganadores lo fueron con Dan Lorang.
Y de nuevo, la clave son las personas, el sistema que les rodea de cuidar cada detalle y efectivamente usar la tecnología, siendo clave que las piezas del puzzle encajen a la perfección.
Dejo estas lineas en el blog para dentro de una década hablar del Hype, espero que español en Ironman, en el que una chica que hoy tiene 15 años y su entrenador de 28 asombrarán al mundo y todas las revistas hablarán de la primera mujer sub 8 que hoy nos parece imposible.

1.000 horas para Kona
El volumen funciona, o 1.000 horas anuales para clasificarse para Kona…
La semana pasada se abrieron varios debates paralelos sobre estilos de entrenamiento y filosofía de entrenadores. Vivimos en un mundo donde las posiciones polarizadas están tan enquistadas y los debates tornas habitualmente en discusiones que ya se utiliza el termino equidistante como peyorativo por dar a entender que esa es una posición cómoda que permite evitar enfrentamientos, cuando en realidad esa equidistancia del entrenador le sitúa en tierra de nadie.
Tenemos la suerte de compartir conocimiento con entrenadores de todas partes del mundo y cuando comparamos distintos sistemas no hay que olvidar nunca la idiosincrasia de cada país. España, como norma general, es un país que vive dos horas más tarde que otros países y dedica mucho tiempo al presencialismo y al desplazamiento y no se puede plantear del mismo modo el entrenamiento de una persona sin hijos y que teletrabaja en un pequeño municipio que el de otra persona que vive en una gran ciudad y debe desplazarse a su centro de trabajo después de dejar a los niños en el colegio.
Me comentaba Alan Couzens que es acerca de elecciones personales, y no cabe duda que en último termino la decisión de nuestro trabajo, residencia y familia está en nuestra mano, pero todos esos factores confluyen de tal modo que no es posible cambiar uno sin afectar a los demás, y que por lo tanto un entrenador de Grupos de Edad debe considerar la situación personal de cada uno de sus deportistas y adaptarse a dicha situación para que el entrenamiento sea integrado de modo sano en la vida de nuestro triatleta.
Clasificarse para Kona en Grupos de Edad trasciende el mero hecho de un hobby. Es un reto deportivo que intentan muchos deportistas y solo hay 2.500 plazas (este año más al haber dos días de competición). Obviamente, si el 90% de los que compiten en una prueba clasificatoria no logran clasificarse está claro que para llegar a ese 10% que sí lo logra es necesaria una combinación de actitud (cuanto vamos a poner nosotros de nuestra parte) y de aptitud (qué cartas nos tocaron al repartir).
Decía el matemático Malcom Gladwell que un maestro lo es tras dedicar 10.000 horas a una tarea, y no cabe duda que alguien que dedique los próximos 10 años de su vida a especializarse en una tarea durante 20 horas a la semana tendrá una destreza notable en dicha tarea. Y sin embargo, vemos que lo que algunos logramos con mucho esfuerzo otros lo logran en sus primeros intentos, lo que refuerza que la práctica sea más satisfactoria. Esto no se reduce al triatlón, sino a todos los aspectos de la vida, y no conviene caer en el síndrome de la abeja reina, en el que creemos que como somos capaces de hacer algo con un esfuerzo relativo , todos deberíamos ser capaces. Solo debemos retraernos a los tiempos del instituto en el que a algunos se nos daba mejor el ingles, la educación física o la asignatura de Ciencias y otros comprendían de un modo intuitivo los conceptos de las matemáticas o la física.
Ciñéndonos al debate, Couzens argumentaba que de modo ineluctable cualquier persona que dedique 1.000h al año al triatlón debería lograr la clasificación para Kona.
Mi argumento es que esas 1.000 horas reflejan una gran actitud, pero no tiene en cuenta la aptitud del resto de pretendientes a esas plazas que pueden lograrlo con 700 horas. Y la aptitud, las cartas que nos tocaron al nacer, refuerzan la actitud, por lo que es muy duro entrenar 20 horas a la semana durante 50 horas de modo recurrente, sin una recompensa inmediata en forma de rendimiento.
En mi caso particular, sin hijos, viviendo en una ciudad pequeña, compitiendo en atletismo desde los 7 y en triatlón desde los 16, gestionando desde casa mi propio tiempo de trabajo y compartiendo la mitad de mis horas de entrenamiento con mi pareja, entrenar 20 horas como hice la semana pasada me supone un esfuerzo físico que disfruto, pero hoy me he dedicado a escribir esta entrada del blog porque necesitaba bajar un poco una dedicación a la monotarea y también dar algo de respiro a la parte física. Me cuesta mucho pensar que de un modo sano un grupo de edad pueda mantener 20 horas a la semana sin que en algún momento la válvula de la olla pida que se baje un poco la presión, y si lograr la clasificación para Kona supone tantísima presión quizás no merezca la pena, pero estoy plenamente de acuerdo en que son elecciones personales. La mía es evitar lesiones, también mentales, utilizar el ocio deportivo de un modo equilibrado con la familia y poner el máximo esfuerzo en lograr lo que nos propongamos, pero admitiendo que hay retos que pueden no estar a nuestro alcance. Eso no quiere decir que tengamos que ser conformistas; si yo lo hubiese sido entre 2002 y 2008 no habría cambiado nada de lo que hacía mal que me invitaba a pensar que clasificarse para Kona no era posible, y finalmente fue posible 7 veces. Pero la máxima de querer es poder no valida para todo el mundo en todos los ámbitos, porque la predisposición para la excelencia con la que nace Jimmy Hendrix con la guitarra no se logra ensayando 8 horas al día durante una vida, aunque con mucho menos podrás disfrutar tocando con tu grupo.

Resumen Temporada 2021 en Training Peaks
Hace mucho tiempo que los debates se han simplificado al máximo, llegando al punto de utilizar equidistante como calificativo peyorativo para aquellos que no vemos las posiciones como algo binario sino como puntos entre los que navegar cogiendo lo bueno de lo uno y de lo otro y descartándolo que nos convence.
Training Stress Score (TSS by Training Peaks) es una métrica de carga de entrenamiento (hay varias como TRIMPS, o EPOC) que tiene algunos déficits a la hora de analizar el rendimiento, pero también permite, conociendo al deportista, ver cómo asimila la carga y cruzando datos con sensaciones saber dónde y cuánto se debe aumentar o disminuir la carga en el futuro.
En mi caso utilizo habitualmente un proceso acumulativo de dos semanas de carga y una de descarga, y orientativamente establezco -35 TSB como limite para levantar el pie y seguir cargando, pero también analizo la adherencia del deportista ante la motivación de las carreras que se avecinan. y el mejor ejemplo es que cuando se aplaza Kona a mayo de 2022 las ganas de seguir haciendo altos volúmenes bajan y eso lo refleja principalmente la curva de CTL.
También se aprecian claramente las semanas de descarga entre temporadas y macrociclos y el impacto que supone un 70.3 asi como la bajada posterior para su correcta asimilación.
Mensaje final; Todo sirve para algo, pero nada sirve para todo (Quino)

Comportamiento en Aguas Abiertas y Triatlón.
Los más veteranos del triatlón recordaran aquellos trípticos que nos daban como guía de la prueba. Un consejo que se repetía recurrentemente era que nos situásemos en la salida de natación conforme a nuestras habilidades, para evitar que nos atropellasen nadadores más rápidos o para evitar adelantamientos innecesarios. En aquellas epocas el nivel de natación no era tan homogéneo como el actual, pero ya entonces las salidas y las boyas eran fuente de conflicto, ya que para tener problemas mientras nadamos no necesitamos 50 triatetas de nuestro nivel, sino que nos basta con 4 personas rodeándonos.

David Castro; «natación gatuna» by Triatlon Channel
Por supuesto, la lucha por la posición es fundamental en triatlon, ya que evitar contactos puede hacernos perder posiciones en T1 que luego sean muy difíciles de remontar. Cambios de ritmo, búsqueda de trayectorias secantes hacia la boya, movimientos evasivos de donde percibamos agresividad o incluso hacer saber con un contacto de la mano en el cuerpo de un rival que está invadiendo nuestro espacio son admisibles.
La natación de Triatlón de WTS de 2021, a pesar de lo que nos pueda parecer, es mucho más noble que la que referían miembros de la selección española de hace 20 años, relatando anecdotas de como otras selecciones buscaban a los favoritos en el agua para intentar abrirles la cremallera, aguadillas mucho más violentas que la que vimos ayer, arañazos y agarrones del tobillo para progresar.
World Triathlon ha tomado cartas en el asunto y vemos a menudo descalificaciones en pruebas internacionales por comportamientos agresivos. Pueden recurrirse y al ser grabadas en video la evidencia se contrasta con la percepción que hayan tenido los involucrados en el hecho.
El nivel en pruebas nacionales ha aumentado exponencialmente y hoy en dia los 100 hombres y 100 mujeres que participan en una prueba elite pueden llegar a T2 practicamente todos en menos de 2 minutos (emergiendo del agua cada segundo). No cabe duda de que eso va a generar confllictos territoriales, que se ven agravados respecto a las pruebas ITU porque los recorridos suelen tener la primera boya más cercana, los gorros no identifican bien a los infractores y los medios para vigiliar estos comportamientos son menores.
Mi reflexión final.
- Enhorabuena World Triathlon que diseñó un protocolo antiviolencia y lo aplica a rajatabla
- Aconsejar a los triatletas que eviten los golpes innecesarios; son fuente de violencia y SIEMPRE perjudican a dos personas, el autor del golpe porque no se centra en nadar y quien lo recibe por motivos obvios.
- Dada la altísima calidad nadando en pruebas FETRI, aplicar dentro de los medios posibles un protocolo para evitar estos golpes, con una primera boya lejana, dorsales grandes en gorro y al menos una embarcación vigilando en modo preventivo.

70.3 Dubai 2021
Tras 12 meses sin competir en condiciones 70.3 Dubai conseguía salir adelante autorizandose solo 6 semanas antes de la fecha de la prueba. Compruebo los requisitos de viaje (poder salir de mi comunidad al no ser un viaje de trabajo, y presentar PCR negativa realizada 72 horas antes de llegar) y realizo la inscripción, pero espero al último minuto para sacar el billete. En el último momento el triatleta de Desam, Sergio González Castro, se apunta a la carrera y compartimos viaje.
Llegamos una semana antes y nos aclimatamos con facilidad gracias a los consejos de Manuel Fernandez, residente alli. El calor nos preocupaba porque competiriamos a más de 30°C viniendo del invierno madrileño.
En Dubai no hay apenas restricciones más alla de la mascarilla, pero Sergio y yo mantuvimos las medidas de precaución y distancia social que ya tomabamos en España.
La salida era rolling start, y me fue imposible salir en las primeras oleadas. Las sensaciones desde la primera brazada fueron buenas y de mucha entereza, pero viendo los tiempos constato que mis 30 años nadando en salidas masivas no se olvidan y pierdo 1’ más de lo que suelo con los mejores nadadores; al final no tener nadie cerca que estimule hace que dar el 100% en 1.900 contrarreloj me sea dificil dar mi máximo, algo que tendré que cambiar en lo venidero. Salgo del agua 6° de todos los GG.EE y 2° de 45-49 tras remontar más de 80 puestos en la natación, pero sin demasiados agobios ni golpes salvo en la 2ª boya.
La transición es rapida y con poco tráfico y nada más llegar a la autovia me alcanza Oscar Marquez, que marca un ritmo constant y al que sigo como referencia al ser él residente alli. Vamos pasando gente y no hay ningún atisbo de drafting en nuestra zona, aunque en el km 40 nos pasa un ruso todo potencia y nada aero que incrementa el ritmo, llegando a 38 kms/h y 262 watios al punto de giro, lanzando un ataque en el punto de vuelta que me pone 5 minutos a 300W, pero el viento sopla a favor y volvemos a 46 kms/h, donde mantener la distancia legal es relativamente sencillo y volvemos a los 260 watios de inicio que en esta ocasion no se hacen difíciles de mantener al final, porque desde diciembre solo he usado la cabra, y también porque en esta occasion he aprendido a esperar al final de la bici para saber lo que había dentro. Han caido 4 geles de 50 gramos de 226ers disueltos en dos bidones (conun total de 320 mg de cafeina) y la energía fluye sin oscilaaciones. Han pasado solo 2h10 que salvo el punto de giro han sido bastante asumibles y muy concentrado todo el rato disfrutando de poder volver a sentirme competitivo.
En cuanto salgo a corer noto buenas piernas y a pesar del calor voy con relative facilidad a 3m55, pero se que el isquio aun se recupera de la rotura fibrilar de agosto y que puede quejarse en cualquier momento, lo que llega en el km8, por lo que a pesar de que de corazón y pulmonees voy bastante bien me veo obligado a acortar la zancada. En ese momento voy Segundo de 45-49 con 3m30 de ventaja sobre el 3º y con el primero inalcanzable, pero la prudencia es Buena compañera de viaje y cuando he forzado zancada me he visto obligado a andar. De 3m55 paso a 4m10, que a pesar del calor me es my facil mantener, y voy perdiendo mi ventaja con el 3º hasta ser sobrapasado virtualemente en el ultimo kilometro. No tengo cambio para arreglar esos 9 segundos a pesar de que me dan la referencia y entro tercero 45-49 y 15º de los GG.EE muy contento de haber vuelto a competir.
Toca algo de trabajo con el fisio para recuperar la funcionalidad motora de ese isquio, mcho más trabajo de cabra y algunos cambios en las tiradas largas a ritmo medio de natación para aprender a darlo todo en rolling start, pero la illusion sigue ahi. He logrado tambien la clasificación para el Mundial 70.3 en Utah, pero renunciaré a la plaza porque es solo 4 semanas antes de Kona y eso me obligaría a estar 7 semanas en Estados Unidos entre septiembre y octubre.
Gracias por leer estas lineas, nos vemos en las carreras con responsabilidad