Jaime Menendez de Luarca – Entrenador Superior de Triatlon 

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Hawaii 9h38.

Hawaii 5.0

 

Kona 2016 ha sido mi 5º Ironman de Hawaii finalizado y mi 19º Finisher (he estado en la línea de salida de 20 Ironman, abandonando en LZ 2003)

 

Empiezo esta crónica delante de un café a las 6 de la mañana del domingo y tras haber metido la bici en la bolsa, proceso que siempre supone cerrar un ciclo que en mi caso inicio año tras año cada 26 con la misma ilusión al llegar a casa y sacar la bici de la bolsa.

 

La distancia Ironman no perdona; uno puede llegar con los deberes hechos y no sacar la carrera que espera, aunque al revés no pasa nunca. Yo venía con los deberes muy bien hechos y la carrera perfecta no salió, y sin embargo en la zona de post meta hablaba con mis compañeros sobre lo especial de esta carrera y nadie tenía una mala cara a pesar de que pocos habían conseguido hacer la carrera perfecta.

 

Me desperté a las 04:30 y tras un rápido desayuno me acerqué a boxes, y para no faltar a la tradición, me deje los bidones con geles en el congelador. Vuelvo deprisa a por ellos y tras pasar por el marcaje de atletas y revisar la presión de las ruedas me acercó a la línea de salida 20 minutos antes. Este año hay mas gente y se nota en los accesos a distintas aeras. Caliento 200 metros y 10´ antes del cañonazo escojo mi lugar.

 

La corriente del Pier es más favorable en un lado que en otro y allí me coloco sin problemas, aunque 3´antes del cañonazo veo mucha tensión entre mis compañeros y me aparto 10 metros a la derecho apenas unos segundos antes. Salgo fuerte, muy fuerte como he entrenado este año con Alberto y cuando calculo que llevamos 100 metros observo la situación levantando la cabeza por delante y a los lados. Estoy bien colocado y por la forma de nadar de mis compañeros de travesía veo que el grupo es bueno, y sin golpes. Hay que estar atento hacia donde va el grupo, ya que se forman dos puntas y al ser el ritmo alto se van descolgando aquellos que han salido por encima de sus posibilidades, lo que provoca que haya que estar atento, aunque los cortes se neutralizan sin problemas.

 

Casi sin darme cuenta llego al barco del punto de giro y aunque cierro el grupo no tengo problemas en seguir en él, salvo los últimos 400 metros que el grupo se convierte en una hilera que cierro sin problemas. Aunque se que los tiempos son orientativos, cuento con ver un 58 o incluso 57 al picar el lap, pero el reloj muestra 54´. Se como estoy nadando y que ese tiempo demuestra que o hemos tenido una magnifica corriente o han puesto el barco más cerca, aunque me quedo que he salido del agua el 7º de mi grupo y 6m15 de Frodeno, cuando en 2014 salí el 9º a 8m00.

 

Transición rápida y salgo del agua con mucho tráfico que evito poniéndome a mi ritmo. No quiero pasar de 230 w en el primer tramo y me cuesta no dispararme, aunque lo consigo. En el primer punto de giro me veo más cerca de los mejores GG.EE que otros años y continuo a mis watios sin cebarme con nadie. En el km 12 se sale de Kona subiendo Palani, un repecho del 5% donde meto sin ningún complejo el 39 x 25 y subo saludando a Sonia. Marco un lap al salir a la Queen K y me fijo mi objetivo de 220 watios, rodando a 38 km/h hasta Waikoloa y remontando muchos puestos. Al llegar a Waikoloa me doy cuenta de que las predicciones de viento han fallado clamorosamente y el viento es tan fuerte o más que en otros años, por lo que subimos los toboganes a 20-22 kms/h. En ese momento el grupo se estrecha mucho en posiciones y llega el momento de correr como hay que hacer en Kona, adelantando deprisa y entrando a la derecha para evitar la sanción por blocking y dejando de pedalear cuando alguien se pone delante al adelantarte. La densidad de triatletas de buen nivel en bici es alta y nos adelantamos continuamente, observándose quienes queremos respetar las normas y quienes no piensan en ceder ni un metro. Los jueces aparecen y aunque sancionan a algunos, mi impresión es que son poco preventivos y poco expeditivos. No me preocupo porque seguimos remontando puestos y las piernas responden bien, aunque empiezo a tener hambre a pesar de que llevo 17 geles en los bidones y estoy cogiendo más en los avituallamientos, lo que supone una extraña sensación que no domino pero contra la que solo puedo coger más calorías en cada avituallamiento que pasamos.

 

A pesar del viento hago mi mejor subida a Hawi, coronando con un grupo ya más legal de 20 triatletas, que en el latigo del punto de giro se estira y no es hasta 8 kms de descenso a 60 kms/h cuando les supero y me marcho. Estamos en el km 110 y los kilómetros empiezan a pasar deprisa hasta Kawaihae, repecho de 4 minutos que me suele decir como están las piernas. Lo paso sin problemas, con plato pequeño y buena cadencia y vuelvo a entrar en QK para sacar partido a la aerodinámica.

 

El grupo de Jugadores al limite ha quedado atrás y ahora solo se ven grandes rectas por pocos rivales por delante y por detrás, aprovechando los vientos que a la ida nos habían frenado. La velocidad media llega a 36,7 kms/h hasta el km 140, momento en el que los repechos se me empiezan a atragantar un poco y pierdo 10-20 puestos en los últimos 30 kilometros. Sigo a mi ritmo respetando distancia y no cebándome con nadie, aunque me doy cuenta que este año el nivel es más alto que otros porque a pesar de que voy a hacer mi tiempo habitual en ciclismo y he nadado mejor, muchos dorsales de 40-44 me rodean. No está en mi mano rendimientos de los rivales y continuo perdiendo puestos, aunque no tiempo porque cuando me pasan se quedan bastante cerca.

 

Llegamos al aeropuerto y otra vez el viento cambia tornando a muy fuerte, para llegar a Kona en 5h03 y afrontar la transición. Los pies me arden y apenas puedo impulsar con el izquierdo corriendo, por lo que ando bastante en T2 esperando que ese dolor se pase con zapatillas. Me siento en una silla y me ponen una toalla empapad en hielo en la espalda, aunque yo me tapo la cabeza con ella, retumbando dentro mi respiración que intenta evacuar el calor. Me quedo allí 20”, meto la cabeza en un cubo de hielo y salgo a correr.

 

Me noto bien, y acorto zancada para ponerme a un ritmo crucero de 4m35. La zancada es corta y controlada, la comida entra sin problemas y aunque me pasan muchos triatletas yo sigo a mi ritmo sabedor de que la carrera es muy larga. Llego al km 5 y pienso que la estrategia de freno de mano puede funcionar porque no me recaliento. En el km 8 afronto el giro y sigo corriendo a una media que me puede llevar a las 3h20, pero en el 10 el termostato falla y en las subidas veo que me va a tocar andar. Hay que recordar que en Alii Drive se condensa muchísima humedad y apenas corre al aire dada la vegetación que allí crece. Admito en el km 12 que no voy a hacer una gran carrera y continuo rodando a 4m50/km hasta la subida del km16 de Palani, que decido subir andando, 5 minutos para 500 metros que en otras ocasiones he subido en 2m50 (cortesía de Strava, no voy mirando parciales mientras ando J ) Entro en Queen K mirando al horizonte a ver si se ven las nubes de media tarde de aquí pero solo se ve cielo azul y mucho calor. Miro hacia atrás pensando en dejar un sufrimiento que no parecía satisfactorio y descarto el pensamiento. Fijo un único objetivo que es llegar hasta el km 21, lo qu consigo alternando tramos de correr a 4m50 y andando en todos los avituallamientos. En el 21 llevo 7h50 y me planteo el objetivo de simplemente llegar, a ser posible en menos de 10h00. La temperatura va bajando poco a poco y puedo correr ya parándome solo en uno de cada dos avituallamientos, aunque en los que paraba cogia varios vasos d cocacola con hielo y siempre un gel y si veía cubos de hielo metía la cabeza en ellos.

 

Se entra en el Energy Lab en el km 29 y se sale en el 31. El tramo de bajada lo hago sin problemas, pero el ultimo km de subida lo hago en 8 minutos y paro completamente el el avituallamiento del 31 para bajar temperatura de nuevo. No miro el reloj hasta el km 32, donde veo 8h51 en el reloj. Por fin se nubla y empiezo a correr a 4m30 de nuevo. No me gusta haber hecho 20 kms tan malos y sentirme tan mal corredor, por lo que intento fijar objetivos de corredores que me preceden, aunque el resultado ya no importe en si mismo y solo la lucha personal contra uno mismo. Los últimos 10 kms se me pasan volando, con el dolor de piernas que me gusta, el de tener los dos pies en el aire e impulsar por lograr velocidad. A falta de 2 kms veo que puedo luchar por bajar de 9h40 y me lanzo por las calles de Kona disfrutando de correr. Entro en meta trastabillante y rápidamente me ofrecen ayuda, que normalmente rechazo pero esta vez he llegado muy justo y me llevan hasta la tienda medica, aunque me escaqueo y me voy a por agua y a sentarme que es lo que me pide el cuerpo. Deportivamente no fallaba en un Ironman desde Kona 2012, pero si entonces me dejo mal sabor de boca, en esta ocasión estoy muy contento de haberlo luchado todo hasta el final y de haber cruzado esta meta. Nuevos proyectos alejados del Ironman pero triatleticos, por supuesto, esperan en 2017, en cuanto saque la bici de la bolsa.

 

Termino esta crónica agradeciendo los animos de Sonia, que se multiplica para llegara a todos los cruces de esta carrera desde 2012.

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