En muchas ocasiones tenemos que lidiar con lesiones que nos impiden entrenar que aparentemente tienen un origen de imposible identificación. Esta es una situacion desesperante para todos los dpeortistas, que a falta de un diagnostico inician un bucle de sesiones de rehabilitacion, visitas a traumatologos y fisioterapeutas, acometen sesiones que deben ser abortadas por el dolor con la consiguiente perdida de confianza.
Una visita al dentista en ocasiones (no siempre, evidentemente) puede aportar algo de luz sobre nuestra lesión, ya que una infección en las encías, una caries no detectada o una necesaria endodoncia aun no realizada puede estar generando tensión en zonas muy alejadas de la boca. Una visita al dentista cada 4 meses para revisión es necesaria en mi opinión en aquellos deportistas que cuidan cada detalle, y cada 6 meses en cualquier caso aunque el rendimiento deportivo no nos importe.