Jaime Menendez de Luarca – Entrenador Superior de Triatlon 

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Crónica LD Pontevedra 2019

Mi memoria es muy buena.

 

Mientras me ponía en el gemelo la pegatina M45 que identificaba mi grupo de Edad en el Mundial LD de Pontevedra me venía a la mente mi primera temporada en el Triatlón en 1990, en la que triatletas como Antonio Alix o Tito Murillo me llamaban “juvenil”.

 

El tiempo ha pasado volando y por el camino aquel juvenil que nadaba con la cabeza fuera a 3m00/100 y corría orgulloso los triatlones “A” en 45 minutos sigue haciendo lo que más le gusta, en un triatlón que ha cambiado mucho pero que sigue siendo sobre todo un reto individual. Sigo viéndome como ese chico de 16 años al que sus padres fueron a ver a la Casa de Campo por si se ahogaba, pero debo ser el único que me ve asi.

 

Con el dorsal en el gemelo y sin muchas prisas en el madrugón me dirigí a la zona de boxes para inflar ruedas y dejar los bidones en la bici. La semana había sido muy tranquila en el enfoque, ya que había sido un festivo largo en mi Comunidad y me alojaba a 40 metros de la Pista (gracias por la facilidad para todo al Hotel Atlántico Juber).

 

Como se suponía, la natación se acortaba a 1.500 metros conforme indica el reglamento (14ºC en el agua y 9ºC en el aire), lo que no me venía bien porque sabía por start list que los rivales más duros (Luis Paredes y Dave Slavinski) nadaban menos que yo, pero podían correr 10 minutos más rápido. Planteo de ese modo una T1 como si fuese un sprint, sabedor de que se podía ganar mucho tiempo ahí respecto a una transición en mentalidad LD.

 

Nos llaman al pontón y me tiro al agua con menos de 1 minuto para la salida, ya que quedarse frio podía comprometer el rendimiento. Afortunadamente Gustavo Rodriguez me había dejado un gorro de neopreno.

 

Como en todas las salidas desde el agua, muchos nervios y metros que se pueden perder o ganar según estén los rivales avanzados respecto a la línea imaginaria de boyas. Salida rápida con todos los rivales de 40 a 49 años nadando en paralelo y estoy colocado en las primeras posiciones con buenas sensaciones cuando aparecen los mejores nadadores a ambos lados y se forma un grupo cabecero de 6 integrantes 4 de 40-44, Marcus Ornelas de 45-49 y yo) en el que me meto con relativa facilidad a cola, pero a los 200 metros empiezo a notar el frio y un aviso de pulmones que no se abren que hace que deba trabajar la tranquilidad para no entrar en ansiedad. Pierdo 3 metros y los recupero tras 100 de nadar con fuerza, cuando empezamos a alcanzar a la salida anterior, por lo que pierdo las referencias de pies y debido a la corriente trazo mall la segunda boya quedándome en solitario los 750 metros de vuelta a favor. Estoy nadando bien pero no super por lo que me concentro en la poca técnica que me queda. He perdido 1 minuto con el grupo y el mejor 45-49 y viendo clasificaciones casi 5 con los elite. Natación decente sin alardes pero que me permite sacar 3 minutos a Slavinski y 4 a Luis (luego supe que tuvo problemas con la temperatura del agua) que se convierten en 1 minuto más gracias a la T1.

 

Foto: Triathlon In The World

 

Arranco con fuerzas en el ciclismo y enseguida veo que los watios entran con facilidad. Mi estretagia pasaba por ir marcando laps en el GPS y no pasarme de 320 watios en cada subida, pero en la primera ya voy a 360 sin sensaciones de ir pasado. Sin embargo, las sensaciones con dorsal tienden a ser engañosas y levanto el pie para coronar el primer repecho a 315W (5 minutos). Corono a 1m46 del líder 45-49 y con 7´de ventaja sobre Slavinski y Luis. En las bajadas mi apuesta pasaba por fiarlo todo a la distribución de energía y la aerodinámica por lo que aprovechaba para ir bajando la potencia media pensando en la carrera a pie. La siguiente subida son 20 minutos hasta la Presa de Pontillon do Castro y voy adelantando a la mayoría de los triatletas de 18 a 39 años que habían salido 5 minutos antes. No me estoy pegando con las sensaciones y la bici parece querer correr. Llego al descenso de Bordel, sigo perdiendo tiempo con Ornelas (2 minutos) y ganando sobre los mejores corredores (8´). El ciclismo es técnico y no permite ir mucho tiempo acoplado, pero las subidas son como a mi me gustan, tendidas y ni cortas ni largas, por lo que mis 80 kilos no suponen una desventaja. En el largo descenso a Pontevedra, donde teóricamente mi aerodinámica es una ventaja, los tiempos se mantienen, pero he bajado casi sin esfuerzo (10´a 183 watios mientras que viendo tiempos en Strava quienes bajaban a la misma velocidad que yo necesitaban 30 watios mas) por lo que llego a la Universidad con 241w (275 Normalizados) y con mucha fuerza para encarar la 2ª vuelta. Corono de nuevo el primer repecho con los mismos 315 de la primera vuelta a la vez que empiezo a doblar a otros triatletas y aquatletas (el único pero de esta bici es que el circuito era demasiado corto). Estoy en el km 40 y no me ha adelantado nadie con solo 1.500 metros de natación, por lo que tengo claro que mi ciclismo está siendo bueno. En la siguiente subida larga marco 280 watios pero ahora sí he perdido 5 minutos acumulados con Ornelas, aunque mi ventaja sobre los corredores es de 10´. En el punto de giro de Bordel me adelanta el grupo cabecero (9 integrantes) que están yendo en una carrera más táctica que física, por lo que tardan mucho en pasarme mientras voy intentando dejarles pasar sin que ello me suponga tener que frenar. Llego con ellos al descenso a Pontevedra en el que los lideres empiezan a avituallarse y a soltar lastre fisiológico con alguna salpicadura J, por lo que me acoplo y me dejo caer quitándome de una zona de conflicto. Inicio la 3ª vuelta con exactamente la misma distribución de potencia que en la primera y a solo 3 minutos del líder y con 11 de ventaja sobre los corredores. En la 3ª vuelta los watios que entraban con facilidad ya pican un poco pero es posible mantenerlos, mientras que veo que los triatletas de 40-44 que llevaban un tiempo conmigo empiezan a perder tiempo. Corono la última subida con 280w, a 4 minutos de liderato de 45-49 pero con 13´sobre los corredores y afronto el ultimo descenso con el objetivo de aumentar la velocidad media y disminuir la potencia. La potencia cae de 248 a 242 y la velocidad sube de 32.9 a 33.8. No son mis mejores números, pero sí que percibo muy buen rendimiento (el único rendimiento que vale con dorsal es la velocidad).

 

Empiezo a correr con 5 minutos perdidos sobre Marcus Ornelas y 13 minutos de ventaja para asegurar el bronce cuando me enfrento a mis demonios triatleticos como es la carrera en fatiga, pero con confianza tras un invierno entrenando a las ordenes de Eneko Llanos con más volumen en la carrera a pie. El empuja con ímpetu y enseguida veo 3m53 al paso por el primer kilometro. Mi estrategia era levantar el pie si veía 3m55 o más rápido y así hago. Me pasa Degasperi en su 3ª vuelta y se me va muy poco a poco mientras paso a Okamika. Dejo atrás los demonios y voy marcando laps siempre a menos de 4m00 con bastante facilidad. En el km 5 a pie ya he recortado 3 minutos al líder, el mismo tiempo que me ha recortado Slavinski mientras me dirijo al casco antiguo donde el publico se vuelca más si cabe, por lo que hay que refrenarse para no dejarse llevar por la emoción. Llevo 7 geles en un bidón de trail y cada 2 kilómetros me tomo aproximadamente medio, notando que si demoró más de 10 minutos el aporte de hidratos comienzo a aflojar. En el km 7.5 estoy a 30” del liderato y mi ventaja de 13´sobre Slavinski se ha quedado en 8, lo que quiere decir que el estadounidense ha salido a 3m30!!!

Hay muchísimos niños chocando las manos, algo que a mi me gusta responder, y sigo corriendo sub4 en la segunda vuelta. Me pongo líder en el km 8 sin posibilidad de respuesta de Ornelas y vuelvo a pasar por la pista y el CGTD donde se acumula mucho publico. Me cruzo con las españolas que van muy fuertes a pie. Termino mi 2ª vuelta y el estadounidense solo me ha recortado 1´ en esta respecto a los 5´de la anterior.

 

Me quedan 15 kilómetros y a nivel mental me empieza a costar un poco, por lo que aflojo para poder llegar entero a los últimos 7 kilómetros. No gano ni pierdo puestos tampoco con los triatletas de 40-44 años y veo que todo el mundo está aflojando ritmos. En el km 24 Romaric Forques me canta 6 minutos de ventaja sobre Slavinski, por lo que dado que ya no venía con mucha fuerza entro en modo “meta” y sigo a ritmos 4m20, pero ya vamos todos con la luz roja encendida y apenas pierdo 1 minuto más en la ultima vuelta, llegando a meta con el Roye, ganador de 40-44. Me toca control antidoping (buena noticia, casi todos los ganadores de Grupos tuvimos que pasar control). Disfruto del cansancio, de una victoria en Grupos que no es tanto el objetivo como seguir disfrutando de este deporte y de un Recovery en el Atlantico comiendo a las 17:30. La entrega de premios fue justo tras la de los elite y para triatletas lo que nos permitió a los GG.EE disfrutar de un pódium que no suele estar a nuestro alcance.

 

 

 

 

Una muesca más en estos 29 años que me permite quitarme la espina de un 2018 con sendas explosiones en Lanzarote y Kona

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