Jaime Menendez de Luarca – Entrenador Superior de Triatlon 

Facebook Twitter RSS
formats

Crónica IM Kona 2018

“Compito contra mi mismo”

 

Sería una buena forma de empezar la crónica de mi 6º Kona, pero estaría engañándome a mi mismo; acudo a Kona porque allí están varios de los mejores triatletas del mundo y es el mejor modo de exponerse a la rivalidad más dura, y sin embargo,  el drafting este año me impidió tomar decisiones correctas y competitivas que equilibrasen el evitar atentar contra el reglamento pero me situasen en una posición satisfactoria. Nada que reprochar a nadie salvo a mi mismo por una mala lectura de las condiciones.

 

Por lo tanto, esto no es una crónica de una competición sino de mi sexta aventura en Kona que he disfrutado al máximo como experiencia y reto personal.

 

Había cambiado pocas cosas en el entrenamiento, salvo una mayor relajación en agosto, donde primé el tiempo familiar sobre salidas largas, que fueron retomadas al final del verano y en septiembre. El calor había acompañado hasta los últimos entrenamientos en España.  En la planificación de la alimentación en carrera añadí este año 6 capsulas de sales(gracias a Angel Sevillano de 226ers #nosponsorship que me las consiguió el día de la entrega de la bici) a los 18 geles que llevaría en bici (80 gramos/hora).

 

La experiencia es un grado y los nervios que me desgastaron los días previos en 2008 solo aparecen a 24 horas de la prueba. Esta vez son son “buenos”, de los que activan pero no te consumen, algo que es difícil entrenar pero que puede aprender a manejarse. Los 10 días previos fueron esta vez lejos de Ali´i Drive, en una casa con amigos (Romo, Ivan Alvarez, Fernando y Juan) con un gran ambiente en todo momento.

 

A las 4:30 del sábado cogí la moto que tenía alquilada y llegué en 10 minutos al Pier, donde todo el tramite del marcaje de números, pesaje y revisar las presiones de las ruedas, encender el GPS, calibrar el sensor de potencia (Buje PowerTap G3, algo que he usado en todas las ediciones (salvo 2008 con el buje 2.4 SL) y poner los bidones con geles y agua. Me sobran casi 90 minutos hasta la salida y me siento en la playa del hotel Kamehameha a relajarme durante 1 hora. Cuando están dando el cañonazo de salida de los pros pienso en lo distinto que serán las carreras de Gurutze Frades, Noya y Raña de las de Grupos de Edad, desestimo pensamientos alejados de mi carrera y me pongo el traje de natación (Sailfish Rebel Pro). Este año no llevo el mono bajo el traje de natación. Me tomo un gel a 25 minutos de la salida y me situo en la arena a 20 minutos de esta mientras los GG.EE van entrando al agua y se situan en la línea de salida. La experiencia me dice que no es necesario entrar tan pronto y que estar 20 minutos flotando y luchando una posición requieren de mucho desgaste y hasta las 18:55 no empiezo a nadar los 200 metros que hay hasta las tablas de surf que evitan una salida anticipada. Me situo en el lugar que escojo desde 2014 en primera línea sin problemas y veo que otros españoles (Ivan, Mikel Calahorra, Manuel Javier Fernández, Enric Boldu, Julen Diaz…) están en el mismo lugar. Dan el cañonazo de salida, evito una tabla de surf que me ha tocado y sin problemas hago los 100 primeros metros muy fuertes pero sin salir como si fuese un sprint. Es una situación sin golpes, entre los 100 mejores grupos de edad pero en la que donde te situas los primeros 200 metros va a determinar el tiempo en T1 salvo que no se pueda mantener el ritmo o se encuentre un hueco para poder saltar al grupo que nos preceda. Voy deslizando brazadas fuertes pero no me noto agobiado, y levanto la cabeza para ver que efectivamente un grupo se está yendo por delante. No tengo la capacidad de salir del grupo en el que estoy y observo brazadas y forma de respirar de mis acompañantes. Las sensaciones son buenas y desisto de ir a por ese grupo sabedor de que en realidad lo máximo que podría ganar es un minuto. Llegamos al punto de giro en 24 minutos y el pelotón ya se ha convertido en una fila muy estirada en el que hay que estar atento porque algunos van perdiendo comba y hay que acelerar para no perder el grupo cuando alguien se queda. Me pongo de pie en la escalera en 56 minutos, justo con Enric Boldu.

Me pongo el mono de manga larga (Virklon) que al estar seco no se me engancha y salgo sin problemas de una T1 poco masificada en esos momentos. Los primeros kilómetros son un callejeo por la zona industrial de Kona y enseguida percibo buena cadencia, fluidez de piernas y watios subiendo con facilidad, por lo que abro un poco de gas hasta estabilizarlos en 220 en el ida y vuelta de Kuakini. Paso a poca gente y muchos me pasan respetando distancias, pero yo sigo a mis 220 conforme a mi estrategia.  En el km 12 subo Palani y los espectadores españoles me anticipan que por delante hay muchos pelotones, lo que me da exactamente igual. Entro en Queen K y la Ceepo Shadow corre y acelera sin problemas, empezando a subir la media, cuando me pasa el primer gran grupo de unos 40 integrantes, no descarademente a rueda sino todos a unos 3-4 metros unos de otros. Mi potencia media ha subido a 227 watios y no me meto a 10 metros de los últimos de ese grupo, sino que me desacoplo como indica el reglamento y los dejo pasar para volver a acoplarme. Me pasa una oficil en una moto y nos miramos sin hacer ni decir nada. Vuelvo a acoplarme, me concentro en mis watios y comer y beber, cuando 5 minutos después me pasa otro pelotón en circunstancias muy similares. Para no hacer muy extensa la crónica dire que hasta el punto de giro de Hawi (Km 96) esa fue la tónica; mantener mis watios, comer, beber, ser adelantado por pelotones de 20-40 integrantes, desacoplarme, dejar que se fueran y volver a acoplarme. De ese modo pase del puesto 180º en T1 al 660º en T2. Como dicen por ahí, esto no es critica sino crónica. No entré a ese juego (podría haber ido a 8 metros del primer grupo que me paso, algo completamente legal) y lo pagué en forma de 500 puestos (en mis 5 anteriores ediciones, con un ciclismo peor ejecutado perdía entre 50 y 100 puestos).  Cojo referencias de quienes me habían pasado y pierdo 8 minutos en el punto de giro. En Hawi la situación se normaliza y bajamos hacia Kawaihae un grupo de unos 15 integrantes a 8-10 metros unos de otros salvo algunos que seguían sin entender el concepto de no drafting. El repecho del km 130 en Kawaihae es mi piedra de toque otros años y el indicativo de si me he sobrepasado, pero este año subo con fluidez adelantando a rivales y cuando volvemos a entrar en la Queen K para llanear hacia Waikoloa la velocidad medía está levemente por debajo de 36 kms/h. Las nubes hacen acto de presencia y el viento es el menos intenso que recuerdo, por lo que los 10 toboganes que nos esperan no acumulan tanta fatiga como otros años. Mis referencias físicas (pequeñas colinas, la torre del aeropuerto, los paneles solares de Energy Lab) se suceden y mi posición se mantiene, por lo que mis esperanzas de corre bien permanecen intactas. He notado algo de hambre en los últimos 30 kilometros y cojo 2 botellas de cocacola, un platano y 3 geles de la organización, lo que me invita a pensar que puedo subir a 90-95 gramos de Hidratos por hora en el futuro.

 

 

Entro en T2 con energías y corro descalzo por la alfombra sin ese dolor de piernas de otros años, sonrío y tras coger mi bolsa de carrera entro en la carpa para hacer una transición sin prisa pero sin pausa; gorra de la suerte, 6 geles con cafeína, calcetines y salgo a correr. El primer callejeo me dice que tengo energía en las piernas y me pongo a 4m20 sin problemas al entrar en Ali´i Drive. Este año la carrera por Alií Drive es 6 kms más corta y llego al punto de giro 15 minutos antes de lo normal (se compensa alargando en Queen K) y llego al km 10 al paso por Lava Java en 44m50 sin malas sensaciones. Llego a Palani sin problemas y subo la cuesta andando aunque no me notaba mal, en previsión de problemas de calor.

Entro a correr en Queen K y voy pasando puestos por lo que pongo la pantalla de GPS en formato Hora del Día para olvidarme de ritmos y correr solo pensando en controlar calor corporal y poder mantener ritmo, lo que voy consiguiendo aunque ya he empezado a andar en los avituallamientos para coger todo lo que necesito. Me cruzo con los pros viendo el espectáculo y sigo comiendo y cogiendo hielo en todos los avituallamientos. Paso el cruce donde otros años entrabamos al Energy Lab pero este año hay que seguir 1500 metros más por la Queen K antes de entrar al famoso horno por una carretera lateral. He pasado la Media maratón en 1h44, penalizado en tiempo por andar en los avituallamientos, pero ganando muchos puestos, ya que la maratón está siendo muy calurosa. Bajo a Energy Lab y giro en el aeropuerto en el Km 26 para afrontar una maratón de 3h30 que en numero no sonaba muy bien al principio del día pero me esta transmitiendo buenas sensaciones, hasta que en la subida del km 28 noto de súbito muchísimo calor en la cabeza y se me encienden todas las alarmas. Son solo 600 metros de subida que terminan en un puesto de hielo, asi que decido andar y refrigerarme en el puesto durante dos minutos en la esperanza de que pueda bajar el termostato interno, pero las nubes que nos acompañaron durante el ciclismo se han marchado y lo que es peor, han dejado más humedad aun de lo normal, por lo que tras el puesto de hielo sigo andando hasta salir del Energy Lab haciendo esos 3 kilometros en 21 minutos. El modo competición se ha terminado cuando paso por el km 30 y aunque ya puedo volver a correr cada pequeño tobogán que pasaba entrenando a pie a 4m20 ahora solo queda bajar la cabeza e intentar no parar para subirlos a 6m00. Pienso que estoy aquí porque quiero y no me desanimo, simplemente quiero llegar y para que no se haga muy largo voy haciendo cálculos de a cuanto puedo ir los 10 kms finales para hacer sub 10h; me sale 8m00/km y cada vez tengo más margen, pero en los dos últimos toboganes tengo que volver a andar. Son metros eternos que no avanzan pero solo queda remar y pensar que en el km 40 solo me quedan dos de bajada y aun asi los hago a 5m00 intentando entrar al menos con una buena zancada en meta. Llego a meta, sonrio satisfecho de esta 6ª finalización y admito con resignación que es prácticamente imposible para mi ser competitivo aquí salvo renunciando a muchas cosas, algo que no estoy dispuesto a hacer. No quiero estar esta vez mucho tiempo en la zona de meta porque todo el mundo me habla del drafting y no quiero entrar en esas conversaciones. Me marcho a mi apartamento y empiezo a pensar en que Gales es un Ironman fresquito y que llevo desde 2012 compitiendo en calor (Vitoria, Kona y LZ) y me está apeteciendo de nuevo sentir que estos 80 kgs pueden correr bien en fatiga.

 

Home Sin categoría Crónica IM Kona 2018
credit
© Copyright © 2007-2016 Triluarca