El entrenamiento On Line es una forma de pagar la hipoteca; El entrenamiento presencial es la forma de vivir la propia motivación. En los tiempos que nos ha tocado vivir los minutos libres son un bien cada vez más preciado, y es muy complejo unir hipoteca y motivación en grandes ciudades.
Por eso me gusta parar a tomar un café (o 3) en la bici cuando salgo con mis compañeros de entrenamiento, porque es el momento de NO HACER NADA, solo disfrutar de la buena compañía con un café calentito después de 50 kms de bici a 2ºC. Cuando me preguntan si no salgo por ahi a tomar algo con los amigos yo siempre digo que sí, que salgo los domingos por la mañana con mis amigos.
Por eso me gusta reunir de vez en cuando a mis pupilos, que poco a poco se convierten en mis amigos, en alguna concentración de pretemporada, sin la tensión propia de la competición, y disfrutar de su compañía, bondad e ingenio.
En esta ocasión el pasado fin de semana la excusa era un cross del amplio calendario universitario de Madrid (o como correr pruebas muy buenas para la preparación sin miedo a ser doblado, sin licencias y disfrutando de un día soleado). La Universidad Camilo José Cela está apenas a 15 minutos en coche de mi casa, así que tras un largo viaje el viernes, fuimos a cenar a un restaurante nuevo en Boadilla donde cantidad y calidad no van de la mano (estaba todo muy rico)
Sin grandes madrugones Carles, Enric, Ivan, Jesús, Miki, y Pau se presentan en casa y nos acercamos al Cross, donde nos encontraríamos con Ana y Noe, Arturo Carlos, y 4 de los integrantes del A6; Iñaki, Javier, Kayto y Mac (obsérvese el estricto orden alfabético de aparición de los protagonistas). Ruth también se apunto a la fiesta, previa petición al organizador para correr la carrera de los chicos, algo más larga que la femenina); El calentamiento y la carrera fueron con una tensión baja, algunos más que otros, y todos se batieron el cobre con mayor o menor fortuna delante del Coach. Decir el orden de llegada sería de mala educación, pero ellos ya saben lo que pueden mejorar y el momento de la temporada en la que estamos…. “no hay que tener miedo de entrenar poco”, aunque los lanzaroteños ya no aplican esta frase.
Tras breve charla de contar batallitas (tampoco dan para muchas batallitas una carrera de 30 minutos) salgo escopetado porque me toca correr el Duatlon Cross de Tres Cantos, donde a pesar de un papel regularcillo fui sin duda de los más animados, gracias a la facción catalana y tres adopciones (calagurritana-andorrana-matosina) que hacia que en cualquier curva hubiese cachondeo. No me quedo más remedio que subirme las 3 cuestas duras del circuito pedaleando.
Sabado noche, y se nos une Gonzalo para una cena en la que otra vez fue difícil aunar cantidad y calidad en el Wok de Las Rozas (habia mucho y estaba muy rico), pero el ambiente y las batallitas pasadas y futuras fueron in crescendo según los platos de cerdo agridulce iban cayendo,,, (triple plato). Como era mi cumple (35) en conspiración con Ruth me regalaron un libro-álbum de fotos con alguna foto mía (pocas!!!) y muchas de mis pupilos. Los regalos normalmente me gustan en forma de lenticular, pero este regalo me toco la fibra sensible. MUCHAS GRACIAS A TODOS, incluido Xavigon que se lo perdió porque quiso.
Domingo por la mañana, y todo el relax que se respiraba el día del dorsal se ha esfumado; Toca bici, con 3 subidas de 10 minutos, y todos quieren demostrar lo que valen. Juanvir se une al grupo, y justo cuando se da la salida (aquello parecía la salida de una crono Cerceda) se ponen a caer chuzos de punta… ¡QUE FAENA!. Los más inteligentes (Juanvir, Noe y Ana) desisten y se van a casa, mientras que el resto nos subimos s un tramo al lado de casa a hacer algún kilómetro mientras la lluvia no nos empape. Arturo inicia las hostilidades y como si hubiésemos apretado un resorte los más rodadores saltan a su estela, haciendo varios kilómetros vertiginosos acoplados en sus cabras mientras la lluvia crecía en intensidad. Tras 25 kilómetros de zapatillas empapadas abortamos el entrenamiento para ir a comer al VIPS, cerrando así un agradable fin de semana en el Messieur Montignac no hizo acto de presencia.
Un abrazo a mis chicos, y sin embargo amigos.